Conviértete en el creador de tus propios milagros . . .

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Venciendo miedos, mi experiencia.

Hace apenas menos de un año, yo tenía algunos miedos de los cuales era consciente, uno de ellos era el miedo escénico. Desde pequeña no me atrevía a estar expuesta en el medio del salón de clases, me ponía colorada y me bloqueaba completamente, de modo que si tenía algo que decir, prefería callar.

Supongo que tenía que ver con mi auto imagen y con el miedo al qué dirán. Es muy común tener una imagen de nosotros falsa, llena de imperfecciones y defectos, porque en realidad ignoramos quienes somos. Nosotros fuimos creados perfectos y no lo sabemos; no lo creemos.

Estos temores los fui arrastrando durante toda mi vida, pero no creí que fuera un problema hasta el año pasado, cuando hice de productora de unos seminarios aquí en mi país donde tenía que hacer de presentadora, entonces se me hizo evidente ese temor, y evité subir al escenario delegando esa función en quien en ese momento era mi asociada.

Luego,  por inspiración escribí mi primer libro Palabras Mágicas, no tuve ningún problema en hacerlo porque siempre limpiando memorias, miedos y preocupaciones me dejé llevar por lo que sentía era mi pasión, y el producto final vino del amor, de aquella parte de mi donde todo es perfecto.

Cuando Palabras Mágicas comenzó a recorrer las calles y a estar en manos de la gente, me comenzaron a pedir que hiciera un taller,  entonces volvieron a mí aquellos recuerdos, me resistí durante un tiempo hasta que, juntándome de valor, opte por realizarlo.

Esta, mi primera experiencia, fue una aventura hacia mis miedos; me animé a afrontarlos y no paré de borrar aquello que había en mí que me hacía sentir tan mal, lo hice sin parar, sabía que era algo mío y que nada tenía que ver con los demás. Los demás solo existían en mi mente, yo misma estaba fabricando esa ilusión.  Al final lo logré, con algo de resistencia hasta que decidí soltar y confiar.  Admito que la  aprensión disminuyo en gran medida pero aún no ha desaparecido del todo.

He aprendido que los miedos se pueden vencer, si los afrontamos y seguimos limpiando porque todo está en nosotros, no existe nada afuera sino la proyección de nuestros temores. Así  he seguido adelante y ya realicé 10 o 12 talleres, tal vez mas, en realidad ya no los cuento porque esto dejó de tener importancia para mí.

Luego me sucedía lo mismo con las entrevistas, volví a sentir aquel miedo a hablar en directo en la radio, en la televisión, etc.

Todos nuestros miedos son memorias, nuestra condición natural es el amor, la armonía, la paz. No sabemos de donde vienen estos programas, tal vez fueron creados en nuestra infancia o tal vez los arrastramos de vidas anteriores, pero eso no tiene ninguna transcendencia ni tampoco qué los originó.

Ahora ya no me detengo,  si interrumpo mi camino al encontrar piedras, es porque le estoy dando mas importancia a las piedras que al camino.

Nosotros  como humanos tenemos los mismos retos que el águila, que en un punto de su vida  cuando llega a los 40 años  tiene que decidir si tansformarse o morir, si no cambia sus pesuñas, pico y plumas a través de un proceso de transformación, muere, nosotros morimos constantemente mientras no cambiemos nuestra manera de pensar.

Ahora quiero compartir contigo mi primera entrevista por radio desde México y quiero que tú también sueltes tus miedos, limpies y confíes. Tú puedes vencerlos, ambos podemos vencerlos, nosotros podemos crear todos nuestros sueños cuando confiamos y soltamos

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

Aquí les comparto mi primera entrevista en radio desde México, graciasss

 

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Como educar ¿a los hijos o a los padres?

Los hijos desde el momento que nacen representan para casi todos los padres, un cúmulo de esperanzas y expectativas. Muchos padres perciben a su descendencia como sus propias extensiones, principalmente en aquellas áreas donde aun no pudieron culminar sus objetivos personales, entonces depositan en ellos el peso de sus ambiciones más secretas. Otros los tienen como cómplices incondicionales y depositarios de quejas, dimes y diretes e historias personales y son educados dentro de un marco de evitación, donde la sobreprotección es la regla. Estos padres plagados de buenas intenciones cuartan su libertad de experimentar para evitar que sus hijos sufran experiencias similares a las que ellos padecieron, guiados principalmente por el miedo por encima del amor y la confianza. También están aquellos padres perfeccionistas donde para sus hijos se vuelve una tarea prácticamente imposible poder complacerlos y lograr su reconocimiento.

Estas actitudes de los padres generalmente son inconscientes, y están colmadas de buenas intenciones. No se percatan y no son ellos quienes toman las decisiones sino sus propios programas mentales que toman el mando, sus memorias familiares, ancestrales o experiencias traumáticas de sus pasados.

En realidad cuando hablamos de los hijos de quien verdaderamente hablamos es de los padres, no hay forma de desligarlos. Los padres son la causa y los hijos el efecto, visto de otra manera, yo soy la creadora del mundo que percibo incluyendo a mis hijos.

Invariablemente nuestros hijos son nuestra proyección, algunos padres más que otros logran mantener un apego relativamente saludable con ellos, otros debido a sus temores, experiencias pasadas y creencias, ejercen presión mas o menos fuerte para ajustarlos al modo de pensar del núcleo familiar.

Las causas que motivan a que padres eduquen a sus hijos bajo ciertos paradigmas son muy amplias pero las motivaciones básicas que los impulsan, están centradas en torno al amor o el temor.

Las relaciones basadas en el temor, cuando este es la parte predominante creará relaciones difíciles, numerosos conflictos, alejamientos, adicciones, etc pero estas situaciones se pueden revertir, siempre podemos regresar al amor y restablecer los lazos. En la medida que nosotros estemos bien, ellos estarán bien sin importar la distancia ni el tiempo transcurrido ya que estamos siempre interconectados.

Nuevamente tenemos que tomar responsabilidad de que todo aquello que vemos en nuestros hijos lo hemos creado nosotros. Cuando observamos conductas que nos preocupan o nos desagradan, donde tenemos que mirar es en nuestro interior. Aunque no parezca así, nosotros creamos nuestras experiencias. Podemos intentar corregirlos pero los resultados no serán los esperados a menos que nos revisemos y cambiemos nuestra percepción. Lo que vemos en nuestros hijos son solo nuestras proyecciones, y no los estamos viendo desde el corazón, como realmente son.

La sanación comienza desde adentro hacia afuera, comenzamos por nosotros y esta se extiende a nuestras creaciones.

Nuestros hijos son nuestros maestros, están aquí para enseñarnos que debemos rectificar en nosotros, y nos brindan siempre una oportunidad de emendar.

Si nos enfocamos en el amor lograremos grandes cambios, no en ellos sino en nosotros, y por lo tanto se producirán en ellos también. Lo que vemos afuera es el reflejo externo de nuestro interior, nuestras creencias las vemos reflejadas en el cuerpo físico de nuestros hijos, no los percibimos perfectos como fueron creados porque nuestros lentes están teñidos de memorias, de un cumulo de información que no nos sirve y por lo tanto nos llenamos de juicios que nos imposibilitan ver con claridad.

Cuando hablamos de los hijos, tenemos que describir a los padres.

A nuestros hijos tenemos que amarlos y agradecerles que estén en nuestra vida y solo de esta manera es cuando se producen los cambios milagrosos. Aceptar tan siquiera un poco que podemos estar equivocados y que no vemos las situaciones desde la perspectiva del corazón sino de la mente, puede restituir las relaciones y devolverlas a su estado natural de armonía y paz.

Es importante comprender que nuestros juicios siempre vienen de nuestras memorias, fueron aprendidos y es necesario aceptar la posibilidad que podemos estar equivocados porque no estamos mirando con los ojos del amor sino desde el miedo.

A nuestros hijos debemos aceptarlos tal como son y dejarlos libres de nuestras cargas, y nosotros debemos limpiar y limpiar nuestras memorias para ser inspirados en la mejor manera de guiarlos.

Cuando obtenemos claridad las relaciones se transforman y sucede lo que es perfecto y correcto para cada quien.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Goticas de Amor

Hermoso ser.

Cuando llevamos un tiempo haciendo Ho’oponopono comprendemos a través de nuestras limpiezas que juzgar a otros no es estar en nuestro estado cero, en armonía con nuestro ser. Son nuestras memorias que aun están tocando y emitimos juicios. Entonces le pedimos a la divinidad que estos datos que están almacenados sean borrados, que sean liberados, porque lo que vemos en el otro, en realidad no está en el otro, es sólo un aspecto de nosotros mismos que no reconocemos ni aprobamos. Le pedimos a la divinidad que proceda a transformar nuestros juicios y le damos permiso para liberar esos pensamientos dolorosos y la energía bloqueada (porque los juicios siempre tienen una carga de dolor) y los convierta en pura luz de paz e inspiración.

Cuando te encuentres juzgando, no te condenes porque lo estás haciendo, solo ten presente que no eres tú, son tus memorias, y no es el otro, es lo que tus memorias creen que es el otro. Tú eres perfecto.


Bendiciones y un abrazo de Luz

Jocelyne Ramniceanu

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