Conviértete en el creador de tus propios milagros . . .

Entradas etiquetadas como ‘juicios’

¿Quién gana?

Me han preguntado muy a menudo: ¿Por qué si estoy limpiando memorias con Ho’oponopono no veo que la situación cambie e incluso esta parece a veces empeorar?

Yo les contesto, ¿Sabes cuánto tiempo llevas reaccionando ante las mismas creencias y de la misma  manera? ¿Sabes cuánto tiempo te llevó programarte?

Nos olvidamos que llevamos toda una vida alimentando ciertos paradigmas; vemos al mundo desde la óptica de nuestras creencias y nuestros juicios los hacemos de acuerdo a ellas. También nos olvidamos  que como creadores que somos, la vida siempre nos da la razón y así nuestras creencias se convierten en lo que experimentamos como realidad.

Los problemas surgen porque olvidamos quiénes somos y nos llenamos de juicios, conceptos, ideas preconcebidas, expectativas, opiniones, basados todos en nuestras erróneas creencias, en lo que hemos aprendido.

Cuando comprendemos que tenemos que hacer cambios y queremos limpiar todos los errores de cómo percibimos al mundo, le dedicamos muy poco tiempo a borrar y el resto del tiempo seguimos reaccionando y creando más de lo mismo.

Esto no funciona así, no podemos deshacer algo que nos tomó muchas vidas y parte de esta con solo dedicarle unos minutos al día. Las creencias las tenemos muy arraigadas en nosotros y tenemos que dedicarle todo nuestro tiempo para ver los resultados.

Es importante crear la relación amorosa con nuestro niño interior, ya que él puede hacerlo por nosotros mientras dormimos, o incluso mientras andamos en automático. Nuestro niño interior es nuestro subconsciente, es donde se alojan todas las creencias que hemos acumulado y el puede aprender a soltarlas. Nuestra parte consciente que es quién toma  las decisiones, es el intelecto o “La Madre”. La relación entre ambas partes es la relación más importante que existe en todo el cosmos, más importante aún que las relaciones del mundo físico. Le podemos pedir con mucha delicadeza que suelte aquellas memorias que nos hacen sufrir y él con gusto accederá.

Para comenzar a ver milagros, tenemos que ser constantes y para ilustrarte mejor como esto funciona te traigo una leyenda india, que se llama Pelea entre dos lobos.

Un viejo Cherokee les hablaba a sus nietos sobre la vida.

«Hay una batalla en mi interior… es una pelea terrible entre dos lobos.

Un lobo representa el miedo, la ira, la envidia, la pena, el arrepentimiento, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego.

El otro lobo es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, el compartir, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia, la amistad, la generosidad, la verdad y la fe.» dijo el anciano.

«Esa misma lucha está teniendo lugar en vuestro interior y en el de cualquier persona que viva.» añadió el anciano. Los niños se quedaron pensando un momento.

«¿Y cuál de los dos lobos ganará?» preguntó uno de los niños.

“Ganará el lobo que más alimentes” contestó el abuelo

Con mucho amor te recuerdo que lo que se borre de ti, se borrará también de todos nosotros. Cuando tú cambias, todo tu mundo cambia.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Un Toque de Gratitud

Hay días y días,…algunos podemos calificarlos como buenos y otros como malos, y también muy malos, en realidad no son los días, somos nosotros que no estamos iguales todo el tiempo, por eso es obvio que experimentemos distintas situaciones, agradables y desagradables en el transcurrir de las jornadas.

A veces nos decimos internamente  “Hoy amanecí con el pie izquierdo”. Nada nos sale bien,… los contratiempos parecen encadenados unos con otros sin dejarnos tiempo para reponernos. Pensamos que las situaciones que se presentan nos ponen de mal humor sin tomar en cuenta que tal vez comenzamos el día ya predispuestos a ello. Al despertar nuestro estado mental tal vez no se encontraba rebosante de optimismo y alegría.

Quizás olvidamos dar las gracias, las gracias por todo aquello que tenemos y no tenemos, las gracias por respirar, las gracias por lo bonito y lo feo, las gracias por el insulto o la injuria que recibimos ayer, y las gracias por comenzar un nuevo día sin importar lo que haya sucedido. Comenzamos un día mas, sin alegría, pensando en el futuro y en el pasado, en lo que tenemos que hacer y en lo que dejamos pendiente. Un simple día más de nuestra rutina habitual.

Estamos perpetuando nuestras malas experiencias, los problemas se siguen unos a otros con sus aparentes soluciones, pero invariablemente quedan muchos pendientes sin resolver. Llegamos a casa y se lo contamos a alguien o simplemente hacemos un inventario de lo sucedido y de todo lo que resta por solventar y comenzamos a planificar nuestro nuevo día.

Estamos  creando más de lo mismo. Pasamos una noche regular pensando en el pasado, en lo que pudimos hacer y lo que dejamos sin terminar,  planificando estratégicamente nuestros próximos movimientos. Tal vez nos distraigamos un rato con la televisión o leyendo un libro, pero volvemos a dejar en nuestra mente bien acondicionada todo aquello programado para lograr que el siguiente día  concuerde con nuestros objetivos trazados.

¿Es realmente importante hacer todo esto? ¿Es tan difícil soltar? ¿Que tal comenzar el día y terminarlo agradeciendo de corazón cada experiencia vivida?

La gratitud corta enseguida los juicios, nos saca automáticamente del proceso de analizar, justificar y opinar.

No es necesario sentir la gratitud, con dar las gracias a todo, ella sola aparece. Ella cambia el foco de atención de lo negativo a lo positivo, transforma la energía creadora en bendiciones para ti. Sin importar lo que suceda la gratitud transforma tus tristezas en pequeños destellos de esperanza. Decir gracias es soltar y estar abiertos a la vida. Agradecer es estar en sintonía con la creación. Graciasss, estoy muy agradecida.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

Mas sobre el mismo tema, un  capitulo completo en el libro Palabras Mágicas.

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Cero, el estado perfecto.

Queridos amigos hoy quiero compartir con ustedes lo que es estar en el estado Cero. Los budistas lo llaman el vacio y Shakespeare lo define como ser igual a una página en blanco. Joe Vitale junto con el Dr.Ihaleakala Hew Len lo llamaron Zero Limits en el libro que realizaron conjuntamente.

Para comprenderlo mejor tenemos que remontarnos a la primera vez que fuimos creados, en ese entonces no poseíamos información, nos encontrábamos en el paraíso o el Edén, no teníamos ni juicios ni opiniones, no existía lo bueno ni lo malo, lo feo ni lo bonito, todo era perfecto hasta que comenzamos a pensar,  asi llegamos al mundo hace ya muchas vidas atrás, tal vez cientos  o miles, quien sabe. El Dios que está en nosotros nos creo perfectos.

A lo largo de todas nuestras experiencias pasadas hemos ido recogiendo informaciones que se fueron alojando en nuestro subconsciente, en  nuestras células y las hemos traido con nosotros  de generacion en generación, de vida tras vida hasta el momento presente.

Fuimos construyendo creencias y juicios de lo que debía y no debía ser y las hemos compartido y enseñado. A lo largo del tiempo hemos ido acumulando mas y mas información y la hemos ido adaptando a nuestra vida sin darnos cuenta que la vida que hemos vivido, no ha sido mas que el reflejo o la manifestación de todo lo que acumulamos en nuestra mente, el mundo que vemos ahora es únicamente el espejo de nuestro interior. Hemos creado un universo en torno a nuestras experiencias, nuestros pensamientos, nuestros temores y nuestros deseos, y eso es lo que estamos manifestando.

Asi surgieron los problemas, que no son otra cosa que la ignorancia de saber quienes en realidad somos .Ellos aparecen desde el momento que comenzamos a identificarnos con lo que creemos, con nuestras profesiones, con nuestros roles , con nuestro aspecto, nuestra nacionalidad o nuestro partido político, mas nosotros no somos nada de esto. Somos perfectos pero no lo sabemos porque no lo podemos experimentar ya que  ignoramos nuestra verdadera identidad.

El estado Cero es el estado al que llegamos cuando comenzamos a limpiar nuestras memorias, es el estado previo a la inspiración. Mientras estamos absortos tratando de resolver los desafíos de la vida, no tenemos acceso a la información correcta, entonces no somos creativos, porque la inspiración esta bloqueada  por nuestras memorias. Estar en estado Cero es estar abierto a ser inspirado, es estar claro con nuestra naturaleza divina, y es estar fluyendo con la correcta información.

Cuando limpiamos nuestras memorias, cuando sanamos nuestro pasado, nos convertimos en una hoja en blanco y solo entonces es cuando podemos sentir paz y armonía  y llegar a lo que algunos maestros llaman la iluminación. Estar en estado Cero es estar listo para recibir y crear lo que es correcto y perfecto para nosotros.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

 

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Atrapados en las emociones

Hay días que nos dejamos llevar por nuestras emociones cuando un suceso aparente se desencadena,(una noticia en la televisión, el jefe que nos grita, un amigo que nos hace un desaire, o el presidente que anuncia nuevas medidas)  entonces  lo tomamos como una supuesta amenaza al ser que creemos ser, una amenaza a aquello que  pensamos que es correcto  según nuestras creencias, o un ataque a nuestros  valores, a nuestras expectativas  y por ende se desata en nosotros una furia  que a  veces es de  grandes proporciones  y que nos quita inmediatamente la paz. Estas situaciones nos llevan a defender nuestros llamados intereses de manera  incluso a veces violenta para salvaguardarnos  del supuesto atacante perdiendo cualquier vestigio de tranquilidad. Estas son las emociones a las cuales muchos estamos adictos y no notamos que somos nosotros quienes creamos toda la situación desde nuestra percepción de los hechos.

Este es el mundo que solemos ver cuando andamos dormidos e inconscientes, nos entregamos a alimentar la chispa participando activamente en la obra que nosotros mismos hemos creado. Reaccionamos ante cualquier evento sin darnos cuenta que hemos emitido un juicio y por eso explotamos.

Creemos que la amenaza es real y esta se encuentra en el mundo que proyectamos. Nada nos puede amenazar a menos que asi  lo creamos, entonces vivimos las experiencias como un reflejo de nuestro mundo interno, nuestros temores y del mundo que hemos decidido creer y por lo tanto así lo estamos creando, estamos creando una realidad  que podría ser diferente con solo cambiar nuestro enfoque. Nos mantenemos atrapados en nuestros pensamientos o preocupaciones.

Nuestros temores también son aprendidos, no llegamos al mundo con ellos y lo podemos constatar en los niños muy pequeños que andan libremente confiados. Mientras no nos deshagamos de nuestros temores, nos seguirán produciendo emociones desagradables hasta que decidamos cambiar nuestra percepción, y es entonces cuando el universo nos recompensará.

Las emociones, por lo general están asociadas a cargas energéticas atrapadas de situaciones viejas que se hace necesario liberarlas.

Para sanar nuestras emociones tenemos que prestarles atención y evitar reaccionar, ya que la reacción es la leña que aviva el fuego, alimenta aquello que no deseamos. Por otro lado es útil señalar que todo desaire, toda agresión, toda emoción de vibración densa puede esfumarse al cambiar nuestro enfoque hacia el amor.

No olvidemos que es natural sentir dolor pero el sufrimiento es opcional.

¿Como evitamos reaccionar?

Tomando consciencia  que estamos viviendo dentro de una ilusión. Observando a menudo nuestros pensamientos de manera imparcial sin engancharnos, tan solo dejándolos pasar, e incluso nos podemos reír de ellos por su falta de veracidad. Eso ayuda a tomar la distancia necesaria. Permanecer centrados en el presente, sin divagar y darnos cuenta cuando lo hacemos para regresar al momento actual, vivir atentos y acostumbrarnos a la auto observación.

Enfrentar nuestros temores, con confianza y traerlos a la luz. Todos podemos cambiar las creencias limitantes por creencias expansivas de amor y paz, solo tenemos que darnos el premiso. Permitir es la clave, soltamos nuestra rigidez de ideas.

Cuando nos vemos envueltos en una situación tomemos la decisión de soltar. Esa es la otra clave, el asunto no se trata de ti, se trata de lo que tú crees que eres. Suelta, no pasa nada y todo estará bien. Cuando no te enganchas sales ganando sin importar la justificación.

Una vez que ya hemos reaccionado y que estamos sintiendo los efectos psicofísicos de la emoción, podemos regresar a la calma bastante rápido, con solo ocupar nuestra mente en palabras como TE AMO, GRACIAS, LO SIENTO, PERDONAME o cualquier otra que venga de nuestra  inspiración, repitiéndolo continuamente como un mantra y soltando la experiencia pasada. También podemos realizar la respiración HA, explicada en un artículo pasado .Y si tu cuerpo te lo está pidiendo, descansa, siempre escucha lo que tu cuerpo te dice, préstale atención, el también te habla.

La meditación y el uso del Ho’oponopono son herramientas que no debemos excluir para obtener paz. Lo que borramos con Ho’oponopono no es el mundo que vemos sino el juicio y la opinión que va ligada a lo que experimentamos. Con él limpiamos los juicios de valor, ya que nada tiene el significado que usualmente le damos.

Las emociones que llamamos negativas, porque nos hacen sufrir están allí para avisarnos que estamos percibiendo erróneamente. Ellas son un llamado de atención desde nuestro cuerpo y nuestra mente para que transformemos nuestras creencias. Siempre que te sientas mal, tómalo como un aviso que algo hay en tu sistema mente/cuerpo que debe ser corregido. Esto es válido con las enfermedades también ya que ellas cumplen la misma función de avisar  y  mentalmente puedes agradecer porque vienen a ti como oportunidades para enmendar.

Cuando pasamos el switche y decidimos sentir amor, porque se trata de una decisión,  y cedemos nuestra postura por una más comprensiva, una actitud amorosa, todo el nudo energético que estábamos experimentando, se desvanece mágicamente y el mundo se transforma.

El mundo es solo un reflejo de lo que pensamos. Nosotros no percibimos la realidad tal como es, lo que vemos siempre está teñido por la película que se desarrolla en nuestra mente, no tenemos ni siquiera idea de lo que realmente está sucediendo. Lo que percibimos es una ilusión y hablamos, actuamos y pensamos de acuerdo a nuestras representaciones subconscientes.

Es tan natural sentirnos victimas y así evitar la responsabilidad de poner en duda nuestras creencias y  de cómo nos sentimos con respecto a ellas que colocamos fuera de nosotros al villano, ya sea un mal jefe, un conyugue, socio o incluso algún político o presidente. Entonces nuestro mal-estar queda bien justificado.

Lo que no nos damos cuenta es que si nosotros encontramos la manera de estar en paz, nuestro mundo también se transforma. Tenemos el poder individual de transformar el mundo que vemos pero nos mantenemos adictos a reaccionar y a evitarnos.

No te tomes nada personalmente, ningún hechizo puede afectarte a menos que tú lo permitas.

Puedes hablarle a tu cuerpo o a tu mente, ya sea por una enfermedad o por que deseas cambiar tus creencias, puedes usar un péndulo para averiguar las creencias subconscientes que te limitan, obteniendo respuestas afirmativas o negativas. Hay un abanico de posibilidades y puedes usar la técnica EFT que en otra oportunidad escribiré acerca de ella, para liberar tus bloqueos.

He oído decir que estar en paz es aburrido, yo también en algún momento pase por esa idea, pero cuando conoces la serenidad y sabes lo bien que se siente, es el paraíso terrenal y es así que fluyen fácilmente los sentimientos de amor por todo lo que nos rodea sin excepción.

Todo se trata de una decisión, si tomamos la decisión de mantenernos  conscientemente en paz, inmediatamente hallaremos los medios para lograrlo. Usemos nuestras emociones como la brújula para indicarnos el camino a seguir. El amor es el camino.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Como educar ¿a los hijos o a los padres?

Los hijos desde el momento que nacen representan para casi todos los padres, un cúmulo de esperanzas y expectativas. Muchos padres perciben a su descendencia como sus propias extensiones, principalmente en aquellas áreas donde aun no pudieron culminar sus objetivos personales, entonces depositan en ellos el peso de sus ambiciones más secretas. Otros los tienen como cómplices incondicionales y depositarios de quejas, dimes y diretes e historias personales y son educados dentro de un marco de evitación, donde la sobreprotección es la regla. Estos padres plagados de buenas intenciones cuartan su libertad de experimentar para evitar que sus hijos sufran experiencias similares a las que ellos padecieron, guiados principalmente por el miedo por encima del amor y la confianza. También están aquellos padres perfeccionistas donde para sus hijos se vuelve una tarea prácticamente imposible poder complacerlos y lograr su reconocimiento.

Estas actitudes de los padres generalmente son inconscientes, y están colmadas de buenas intenciones. No se percatan y no son ellos quienes toman las decisiones sino sus propios programas mentales que toman el mando, sus memorias familiares, ancestrales o experiencias traumáticas de sus pasados.

En realidad cuando hablamos de los hijos de quien verdaderamente hablamos es de los padres, no hay forma de desligarlos. Los padres son la causa y los hijos el efecto, visto de otra manera, yo soy la creadora del mundo que percibo incluyendo a mis hijos.

Invariablemente nuestros hijos son nuestra proyección, algunos padres más que otros logran mantener un apego relativamente saludable con ellos, otros debido a sus temores, experiencias pasadas y creencias, ejercen presión mas o menos fuerte para ajustarlos al modo de pensar del núcleo familiar.

Las causas que motivan a que padres eduquen a sus hijos bajo ciertos paradigmas son muy amplias pero las motivaciones básicas que los impulsan, están centradas en torno al amor o el temor.

Las relaciones basadas en el temor, cuando este es la parte predominante creará relaciones difíciles, numerosos conflictos, alejamientos, adicciones, etc pero estas situaciones se pueden revertir, siempre podemos regresar al amor y restablecer los lazos. En la medida que nosotros estemos bien, ellos estarán bien sin importar la distancia ni el tiempo transcurrido ya que estamos siempre interconectados.

Nuevamente tenemos que tomar responsabilidad de que todo aquello que vemos en nuestros hijos lo hemos creado nosotros. Cuando observamos conductas que nos preocupan o nos desagradan, donde tenemos que mirar es en nuestro interior. Aunque no parezca así, nosotros creamos nuestras experiencias. Podemos intentar corregirlos pero los resultados no serán los esperados a menos que nos revisemos y cambiemos nuestra percepción. Lo que vemos en nuestros hijos son solo nuestras proyecciones, y no los estamos viendo desde el corazón, como realmente son.

La sanación comienza desde adentro hacia afuera, comenzamos por nosotros y esta se extiende a nuestras creaciones.

Nuestros hijos son nuestros maestros, están aquí para enseñarnos que debemos rectificar en nosotros, y nos brindan siempre una oportunidad de emendar.

Si nos enfocamos en el amor lograremos grandes cambios, no en ellos sino en nosotros, y por lo tanto se producirán en ellos también. Lo que vemos afuera es el reflejo externo de nuestro interior, nuestras creencias las vemos reflejadas en el cuerpo físico de nuestros hijos, no los percibimos perfectos como fueron creados porque nuestros lentes están teñidos de memorias, de un cumulo de información que no nos sirve y por lo tanto nos llenamos de juicios que nos imposibilitan ver con claridad.

Cuando hablamos de los hijos, tenemos que describir a los padres.

A nuestros hijos tenemos que amarlos y agradecerles que estén en nuestra vida y solo de esta manera es cuando se producen los cambios milagrosos. Aceptar tan siquiera un poco que podemos estar equivocados y que no vemos las situaciones desde la perspectiva del corazón sino de la mente, puede restituir las relaciones y devolverlas a su estado natural de armonía y paz.

Es importante comprender que nuestros juicios siempre vienen de nuestras memorias, fueron aprendidos y es necesario aceptar la posibilidad que podemos estar equivocados porque no estamos mirando con los ojos del amor sino desde el miedo.

A nuestros hijos debemos aceptarlos tal como son y dejarlos libres de nuestras cargas, y nosotros debemos limpiar y limpiar nuestras memorias para ser inspirados en la mejor manera de guiarlos.

Cuando obtenemos claridad las relaciones se transforman y sucede lo que es perfecto y correcto para cada quien.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Acerca del apego.

Queridos amigos, feliz Domingo, y feliz semana. Esta vez quiero compartir con ustedes una sabia historia que desconozco su origen pero es muy ilustrativa acerca de nuestros juicios, y apegos, cuando nos suceden lo que llamamos “cosas malas” en nuestra vida.

Hay una historia acerca de un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: “Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo”. El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?” Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: “¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!”. Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: “Es tan maravilloso, ahora tienes muchas posesiones”. El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas palabras:
“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles.
Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas.
Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: “Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo”.
El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.

Entonces, cuando parezca que tu mundo se está derrumbando a tu alrededor y no puedes encontrarle ningún sentido a lo que te está pasando, siempre recuerda que no conoces la película completa y recuerda también las palabras del viejo sabio:
“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

No sabemos nada, y en la medida que admitamos nuestra ignorancia sin resistencia, sin juicios, sin culpas y aceptamos que aquello que nos ocurre es siempre una bendición, podremos vivir sin sufrimiento, incluso si nunca llegamos a comprender el por qué. No es necesario saber, pero si es importante soltar y confiar. El dolor es parte de nuestra naturaleza pero el sufrimiento es opcional. No existe nada tan terrible, cuando aprendemos a desapegarnos a los resultados. Lo terrible no es lo que nos sucede sino como lo interpretamos.

El trabajo es interno, el trabajo es desapegarnos, soltar y confiar. Esta es la tarea más importante en nuestra existencia. Cuando logramos el desapego, es cuando realmente estamos amando, estamos amándonos. No necesitamos, estamos completos y experimentamos.

Te amo.

Jocelyne Ramniceanu

¿Estar separados es una ilusión?

Mientras me  preguntaba acerca del tema a desarrollar en el blog y me cuestionaba acerca de que escribir y lo que les podría interesar, observe mis divagaciones  y me di cuenta de la manera como me proyecto en ustedes, como caigo en la ilusión de sentirme separada del mundo, que somos entes distintos y me descubro buscando aprobación o reafirmando mi identidad a través del mundo que percibo.

Para mantenerme separada del mundo que veo y bien diferenciada, proyecto en ti todo lo que no apruebo en mí o desconozco en mi todo lo que admiro de ti (Así mantengo la ilusión de la separación). Si lo puedo ver  afuera es porque forma  parte de mí. Nosotros no podemos reconocer lo que no conocemos.

Por otro lado están los sentidos físicos, ellos también nos despistan, muestran una realidad del mundo idéntica a lo que la mente ordena, aunque tenemos la ilusión que primero observamos lo que nos rodea y luego lo interpretamos, no es así, y esta ilusión se debe a que  muy pocos procesos ocurren a nivel consciente En realidad lo que sucede es lo opuesto, la mente es quien dirige las manifestaciones que nuestros sentidos experimentan. Esto ocurre simultáneamente, la causa y el efecto están unidos y por esta razón creemos que las cosas nos suceden y no que las estemos causando. Nosotros no vemos el mundo tal y como es, lo vemos a través del significado que le damos.

Uno de los preceptos del Ho’oponopono dice “No existe nada afuera”, entonces me he preguntado, ¿Y quienes son ustedes?  Comprendo que es imposible saber quiénes son ustedes porque ignoro quien realmente soy.

Yo no los veo con la visión interna, los veo a través de mis creencias, de mis juicios, de mis conceptos, de mi experiencia y de mis sentidos que no me muestran la realidad tal y como es. Para poder saber quiénes son ustedes primero tengo que descubrir quién soy yo, de lo contrario siempre serán mi proyección.

Luego me pregunto, ¿somos todos uno? ¿Es la separación una ilusión?

Estoy segura que sí, pero aun sigo en el mundo de la ilusión, aun estoy programada  y el antídoto para despertar es el amor.

Nosotros venimos de la fuente, y nunca fuimos separados de ella. Por lo tanto somos parte de ella. Somos creadores.

Aun sabiendo que tu eres mi espejo. mi querido amigo, eres igual a mí, eres parte de mí y a ti te hablo, de manera  similar al dialogo que a veces suelo sostener dentro de mi mente, con las partes de mi cuando no estamos del todo unificadas. Te digo que podemos volver a sentirnos como uno, solo a través del amor y la paz.

Y entre las cosas que te digo, o me digo, es igual…, y es, vamos……, usa tu poder creador y asume que tu eres la fuente. Puedes cambiar todo lo que manifiestas.

No te olvides, TU ERES LA FUENTE. Todo lo estas creando TU con tu mente, no hay nada afuera, todo es una proyección, todos somos facetas de un mismo y único todo y lo único que tenemos que hacer es cambiar nuestra percepción, NO estamos separados, y la única manera de percibirlo es cuando regresemos al amor.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu .

Goticas de Amor

Hermoso ser.

Cuando llevamos un tiempo haciendo Ho’oponopono comprendemos a través de nuestras limpiezas que juzgar a otros no es estar en nuestro estado cero, en armonía con nuestro ser. Son nuestras memorias que aun están tocando y emitimos juicios. Entonces le pedimos a la divinidad que estos datos que están almacenados sean borrados, que sean liberados, porque lo que vemos en el otro, en realidad no está en el otro, es sólo un aspecto de nosotros mismos que no reconocemos ni aprobamos. Le pedimos a la divinidad que proceda a transformar nuestros juicios y le damos permiso para liberar esos pensamientos dolorosos y la energía bloqueada (porque los juicios siempre tienen una carga de dolor) y los convierta en pura luz de paz e inspiración.

Cuando te encuentres juzgando, no te condenes porque lo estás haciendo, solo ten presente que no eres tú, son tus memorias, y no es el otro, es lo que tus memorias creen que es el otro. Tú eres perfecto.


Bendiciones y un abrazo de Luz

Jocelyne Ramniceanu

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