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Descubre ¿por qué haces lo que haces?

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Cuando no estamos conformes con nuestra vida, nos podemos pregntar ¿Por qué hacemos lo que hacemos? y ¿Qué es lo que nos motiva? .

Para responder a estas preguntas, primero es necesario que comprendas que no viniste al mundo para ser infeliz. No estás siendo tú mismo cuando no te sientes bien, cuando sufres. Si sufres es porque mantienes creencias que no están en armonía con quién realmente eres y el sufrimiento es el sistema de alarma innato que tiene tu ser para indicarte que es necesario hacer un cambio, una transformación.

Muchas veces hacemos cosas que no quisiéramos hacer y luego nos arrepentimos o no comprendemos la razón de nuestras acciones. Por ejemplo: mantenernos en un trabajo que nos hace infeliz o en una relación que no funciona.

A veces no emprendemos acciones por temor al fracaso, por temor al rechazo, por temor a la soledad, por temor a esto y a aquello. En fin, una gran cantidad de vagos temores que ni siquiera somos conscientes y no nos tomamos el tiempo ni la dedicación de observarlos a ver si son racionales o no.

Tomamos decisiones automáticas como si fuésemos robots mecánicos y ni siquiera estamos lo suficientemente despiertos como para saber qué es lo que nos motiva. Ya nuestras decisiones son tan inconscientes que forman parte de nuestra programación mental.

Hay momentos que pareciera que nos faltara la motivación para hacer lo que deseamos, lo que nos apasiona, o lo que nos daría mayores alegrías y en vez de eso, seguimos irreflexivamente haciendo lo que nos disgusta y lo que nos trae sufrimiento.

Esto no se debe a una falta de motivación, no, todo lo que hacemos lo hacemos porque estamos motivados; incluso cuando hacemos lo que en el fondo, no quisiéramos hacer. Nunca estamos desmotivados. Lo que tenemos que hacer es descubrir que es lo que nos motiva a hacer lo que no queremos. La falta de motivación no existe, es imposible. Todas nuestras acciones siguen a un motivo, todo lo hacemos por alguna razón, consciente o inconsciente.

Nuestras motivaciones están unidas y enlazadas a nuestro sistema de creencias, a las definiciones y a las etiquetas que le ponemos a todo.

No hay manera de no estar motivados a algo. Incluso cuando estamos deprimidos y aparentamos no tener motivación alguna, cuando no tenemos ganas de nada, cuando preferimos permanecer encerrados en nosotros mismos, esa actitud también es impulsada por una motivación, la motivación es permanecer así.

La manera cómo nos movemos en el mundo, la manera como nos comportamos está inexorablemente, y totalmente conectada a lo que es nuestra verdad en un momento dado y por eso tomamos las decisiones que tomamos. Nunca nos encontramos desmotivados, ni por un segundo.

Tu no necesitas que nadie te motive, porque ya lo estás, lo que necesitas es entender en dónde estás colocando tu motivación, qué es lo que te motiva a hacer lo que haces y descubrirlo. Esa es la clave. Esa es la manera de transformar tu programación inconsciente.

Todo lo que hacemos, absolutamente todo, se reduce a estas dos poderosas razones, estas son nuestras motivaciones básicas:

NOS MOVERNOS EN LA DIRECCIÓN QUE CREEMOS QUE ES LA MÁS BENEFICIOSA PARA NOSOTROS O NOS ALEJARNOS DE LO QUE CREEMOS QUE ES LO MÁS DOLOROSO.

Eso es lo único que nos mueve. Y lo hacemos todo el tiempo automáticamente sin ni siquiera pensar, sin darnos cuenta. Todo el tiempo vamos en la dirección de lo que creemos que es lo mejor para nosotros, o en la dirección contraria, huyendo de lo que creemos que es lo peor y nos hace daño-. Buscamos el placer y el bienestar y huimos del dolor y el sufrimiento. No existe nada más que nos motive.

Lo que nos hace decidir si algo es beneficioso o es negativo para nosotros son nuestras creencias; y las creencias se comportan de una manera muy peculiar. Ellas nos hacen creer que no hay otra mejor opción. Que eso que creemos es lo único posible, no existen mejores posibilidades. Las creencias se comportan de esta manera de modo que tú serías incapaz de dudar de ellas, cuidando así su permanencia y su supervivencia. Por eso rara vez las miramos para validar su información.

Ahora, volviendo a nuestra pregunta inicial ¿por qué hacemos lo que hacemos? Podríamos también preguntarnos ¿por qué seguimos atados a situaciones que nos producen penas o en las cuales nos sentimos infelices?. ¿Porque no hacemos aquello que más nos gusta? ¿Porque no vamos tras lo que es más beneficioso, en vez de quedarnos aprisionados en situaciones que nos traen sufrimiento? ¿Por qué seguimos atados? Hay una sola razón: La razón es que cuando tú te mantienes ligado a algo que no te sirve, algo que es negativo para ti, es porque debes tener otra creencia primaria, más fuerte e inconsciente que te dice y te hace creer que esa es la mejor opción. Tu trabajo es descubrirla.

Si nos mantenemos en una situación de dolor y no la cambiamos, es porque tenemos una creencia de que cualquier otra elección, cualquier otra alternativa sería peor y más dolorosa. En otras palabras, este es el mal menor.

Muchas veces son creencias absurdas pero como no estamos conscientes de ellas, simplemente seguimos allí estancados y le tememos al cambio, evitando mirar dentro de nosotros. Es así como las creencias ejercen su poder de auto perpetuarse. No quieren que descubras su inutilidad porque si lo haces, ellas morirían.

Si estamos en una relación de pareja que nos trae sufrimiento y no tomamos la decisión de abandonarla, es porque hay una creencia más poderosa, probablemente inconsciente, que nos hace creer que si estuviésemos solos sería mucho peor. En cambio si la creencia que tenemos acerca de abandonar la relación es menos penosa que mantenernos en ella, entonces la motivación sería abandonar dicha relación.

No hay excepción, tu siempre escogerás lo que creas que es más placentero y huirás de aquello que creas que es más doloroso. Eso no quiere decir que no vayas a escoger situaciones difíciles y dolorosas pero si lo haces se debe a que siempre crees que esa es la mejor opción entre las alternativas disponibles. Se debe a que tienes una fuerte convicción que lo que escoges es lo mejor para ti.

Si estamos deprimidos también es el producto de una motivación. Lo que nos motiva a permanecer así, es que creemos que no hay mejor elección dadas las circunstancias que estamos atravesando en un momento dado.

Siempre que estés en una situación negativa y le temas al cambio, indaga cuales son las creencias que sustentan tal situación, qué es lo que te motiva.. Es posible que al traer a la luz las razones que te motivan a estar de cierta manera, aparezcan las creencias dominantes que te mantiene atado a una situación de dolor. Esa es la manera de hacer que esas creencias se evaporen o se disuelvan. Las creencias tienen la particularidad de permanecer inconscientes porque si las descubres, pierden su fuerza y las abandonas.

Lamentablemente no hacemos cambios por muy mal que nos sintamos, porque no indagamos en profundidad dentro de nosotros. Si lo hiciéramos nos daríamos cuenta que la premisa que manteníamos y a la cual nos aferrábamos, no tenía fundamento, era falsa o ya había perdido validez. Cuando miramos y cuestionamos, las creencias pierden su rigidez y es entonces cuando surge la transformación. Esa es nuestra meta, y es el propósito de este escrito, mirar dentro de nosotros.

Continuando con la historia del ejemplo anterior, la persona que se mantenía en una relación dónde la pareja la maltrataba, no se atrevía a abandonarla por temor a la soledad. Indagando, primero descubrió que tenía una creencia relacionada al fracaso: si se quedaba sin pareja era una fracasada, porque eso fue lo que escuchaba de pequeña. Esto una vez que se hizo consciente, de por sí, le pareció absurdo. Luego continuando con su inspección, se dio cuenta que se sentía con muy poca valía y su temor era que si abandonaba la relación, nunca nadie la iba a querer.

Al examinar todas sus creencias en profundidad, la persona en cuestión, descubrió que era ella misma quién no se valoraba debido a viejas experiencias de la niñez. Al tener la situación más clara y al comenzar a auto valorarse, sintió una tranquilidad que nunca antes tuvo para dar los pasos necesarios en pos de su propio crecimiento y evolución.

Como en el ejemplo anterior, lo importante es descubrir cuál es tu motivación, y cuáles son tus creencias restrictivas que ya no te sirven, y te mantienen atado a una situación de dolor. Al hacerlas conscientes trayéndolas a la luz, verás cómo tan solo esto te permite liberarte de aquello que te coartaba y te impedía ser tú mismo.

Pregúntate siempre ¿por qué realmente crees que otra posibilidad sería peor? ¿ por qué haces lo que haces que te mantiene desalineado de quien tu eres?; hazlo hasta que la respuesta se haga consciente.-

Si te resulta difícil indagar de esta manera; hazte la siguiente pregunta ¿Qué es lo peor que me podría ocurrir si lo que hago, lo hago de otra manera?. Deja que vengan todas las respuestas… Tu meta debe ser que la creencia inconsciente se vuelve consciente, entonces es muy fácil que esa antigua creencia se desvanezca.

Hazlo, prueba y permítete decirle “Adiós” a tus antiguas creencias que te impedían ser quién realmente viniste a ser en este mundo.

Te amo.

Jocelyne Ramniceanu

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Soltando los miedos y cambiando de frecuencia

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Querido amigo, en este corto escrito no pretendo profundizar en el vasto tema de los miedos pero si procuro traer un poco de luz en cuanto a nuestra constante actitud de mantenernos a la defensiva o reaccionando y cómo parar de hacerlo. Cuando estamos a la defensiva es porque lo que sentimos internamente es miedo. Cuando reaccionamos es porque nos sentimos amenazados.

Te invito a hacer un pequeño ejercicio de observación, y quiero que te detengas un instante y le prestes atención a todas las acciones que realizas en un día cualquiera. Tómate unos segundos…

Y mientras observas, te pido que te fijes en cuáles son las motivaciones que te impulsan a tomar la mayoría de las acciones que emprendes en un solo día. Ahora bien, si observas con cautela, notarás que muchas de las acciones que realizas tienen su raíz o su motivación dominante en la autoprotección, el temor, la inseguridad y el miedo.

Revisa también, cuantas acciones del día las realizas impulsado por la pasión, el entusiasmo y el amor.

¿Cuál de ellas predomina en tu día?.

¿Cuánto tiempo y que cantidad de energía gastas en la planificación y ejecución de acciones para tu supervivencia y para auto-protegerte? Y ¿En dónde colocas más tu atención?…, ¿en la posible amenaza a tu bienestar o en el disfrute de tu vida?.

Puedes pensar que es parte del instinto cuidarte, protegerte y ocuparte de tu supervivencia, y está bien que así sea cuando existe una amenaza real, pero ¿qué es una amenaza real? .¿Sabías que tú eres el creador tu realidad por medio de tus creencias y definiciones?¿Sabes que si vives atemorizado, tú estás creando una realidad atemorizante? Nosotros en nuestra mente, anticipamos situaciones imaginándolas incluso con detalles y esa sola acción acelera su manifestación.

Cualquier acción que emprendamos con miedo tiene menor posibilidad de ser efectiva y mayor probabilidad de ser negativa y atemorizante para nosotros.

Estamos llenos de temores, y no nos damos cuenta que el origen de ellos son nuestras creencias y que si cambiamos las creencia, entonces nuestra experiencia, nuestra vida cambia, nos volvemos más confiados y obtenemos mejores resultados.

La divinidad en ti es la que crea, lo que dices, haces y piensas es el marco donde se estructura tu realidad. Tu realidad es el producto de lo que sientes con mayor intensidad.

No es el afuera lo que nos produce el miedo, el afuera es solo el efecto, la causa son nuestras creencias, los juicios que emitimos. El afuera es la materialización de ellos.

Realizamos acciones con miedo a enfermarnos, nos preocupamos por la vejez y sufrimos de miedo por lo que les suceda a nuestros hijos y familia, tememos ser atacados, asaltados, y robados, le tememos a la carencia y a las privaciones. Luego hay otros temores menos relacionados con la supervivencia, pero que de igual manera nos mantienen reaccionando y defendiéndonos, tales como el miedo a perder el control, a hacer el ridículo o a no ser aceptados o amados, miedo al fracaso e incluso miedo al éxito, etc. Lo que ocurre es que toda esta serie de temores activan nuestros futuros potenciales.

Todo miedo es la reacción a una creencia que para nosotros es real, y se traduce en una forma de vida donde nos encontramos reaccionando, peleando, huyendo, oponiéndonos, luchando, mortificándonos continuamente ante lo que creemos que es cierto. Nos hace percibir la realidad como una constante amenaza. Y así se convierte nuestra experiencia cotidiana. Nuestro día común está lleno de preocupaciones.

En realidad tenemos un programa mental automático basado en el temor y por supuesto este se proyecta y lo vemos reflejado como una constante amenaza a nuestro bienestar. Ese programa está formado por una red de creencias fuertemente entrelazadas entre sí que se retroalimentan unas a otras por medio de nuestros circuitos neuronales y llega a ser tan fuerte que nos mantiene adictos a él. Ese programa lo llaman Ego.

No es el Ego positivo y necesario cuyo mecanismo es ayudarnos a mantenernos enfocados en esta realidad. No, el Ego negativo no se limita solo a eso, que es su verdadero rol. El ego negativo es aquella porción particular de nosotros mismos que se fue creando otorgándosele un poder excesivo mientras nuestro lado consciente y alerta permanece dormido. Esa parte de nuestra consciencia, toma prácticamente la totalidad de las riendas en nuestra vida, pensando, analizando, creando filtros y limitaciones.

Todas tus creencias son las creencias que se retroalimentan en esa parte de tu consciencia, que intenta protegerte excesivamente limitando enormemente tu libertad a experimentar. Tenemos que lograr que esa parte de nosotros cambie su enfoque desde una visión limitada a una más amplia.

Enséñale a esa parte de ti que puedes expandirte sin que ella se sienta tan a menudo amenazada, habla con tus partes internas, habla con tu niño interior. Un niño no se convierte en un adulto con los años, sino por el miedo aprendido; el niño confiado es nuestra verdadera naturaleza.

El miedo es una vibración baja que se apodera de tus pensamientos, domina tus emociones y tus sentidos. El miedo a enfermarte es una de las principales causas de las enfermedades, el miedo a la escasez causa y profundiza la escasez. El sentimiento del miedo es tu verdadera amenaza, úsalo para transformarlo.

Reconoce que existen muchas razones por las cuales tú creas el miedo, y entre ellas a veces puede ser también porque tú así lo permites inconscientemente, para sentir excitación en tu vida. Pueden haber razones inconscientes motivadas en salir de la monotonía y el aburrimiento, y sentir en tu cuerpo la activación de la adrenalina que te permita sentirte vivo. Buscas de cierta manera el drama cuando tu vida se torna vacía y gris por la carencia de propósito, de pasión, de entusiasmo, de alegría y de amor.
El temor acentúa todas nuestras alarmas, y el temor más grande que tenemos y evitamos es mirar dentro de uno mismo. Si lo hacemos podríamos descubrir que casi todos nuestros temores los podemos deshacer si tan solo dejáramos de alimentarlos y los integramos aceptándolos, observándolos y agradeciéndolos como los mensajeros que son de que estamos desalineados y alejados de la pasión, del entusiasmo y el amor…
El miedo es una nota discordante que te avisa que tienes una creencia que te mantiene desalineado de quien realmente eres. Una analogía sería algo similar a como si tu tocaras una melodía con un instrumento cualquiera y de repente una de las notas suena desafinada, se sale de tono. Tú no saldrías corriendo o huyendo debido a esa desentonación, intentarías nuevamente afinarla hasta que realices una melodía armónica. De eso se trata, cambia las creencias que te desentonan y crean una realidad desagradable por una más acorde con quien quieres ser.

¿Qué es lo que tienes que entonar? La creencia es la que está desentonada, sustitúyela por aquella que te traiga paz.

No veas al miedo como tu enemigo ya que él es el mensajero que viene a mostrarte que mantienes creencias que te restan potencial, que te quitan la paz y que están desalineadas con respecto a quién viniste a ser. Úsalas como el mensajero que son para descubrir y limpiar las distorsiones en tu sistema de creencias.

No le temas al miedo, diviértete con él y úsalo para lo que te está mostrando. Dile gracias miedo, gracias por llamar mi atención y mostrarme algo que ahora puedo cambiar.

No hay manera de sentir miedo o temor sin una creencia que la sustente. Esa sensación tan desagradable en la boca del estómago llamada ansiedad, se dispara al instante cuando se activa la creencia y esto nos impulsa a reaccionar. Revisa tus creencias, la mayoría son absurdas e inútiles. Si logras deshacerte de las creencias que te atemorizan, no experimentarás más miedo ya que tu realidad será otra, pero primero tienes que proceder a mitigar o eliminar la creencia que la origina antes de que la realidad cambie. Al cambiar la causa, el efecto también lo hace.

Si no te sientes seguro acerca de que creencia origina tus miedos, pregúntate: ¿Que debo de estar creyendo que es cierto, para sentirme asustado o de esta manera? El miedo usualmente te trae una porción de ti que tal vez no has querido mirar ni reconocer. Una vez que lo haces, la mayoría de los temores comienzan a desaparecer. Lo que tienes que hacer es encarar el miedo y reconocer que si lo tienes aun es porque decidiste recibir el mensaje de una manera temerosa.

Toma completa responsabilidad sobre tus creaciones que te atemorizan sabiendo que solo tú tienes el poder de transformarlas.

Cuando disuelves el miedo, la amenaza que tu creaste también se disuelve mágicamente porque el miedo ya cumplió su cometido y tú lo transformaste. Vivir sin miedo es una elección que refleja coherencia en tu sistema de creencias. El miedo es sinónimo de control; el amor es libertad total. El miedo, la duda, las preocupaciones, el temor, son manifestaciones de tu resistencia al Dios que habita en ti.

Menos juicios, y da más las gracias a todo; menos miedo, y siente más amor.

Para conectar con nuestra divinidad tenemos que abrazar nuestros miedos y preocupaciones; y al aceptar cada aspecto nuestro, podemos expandirnos y encontrar plenitud.

Comienza a operar tu vida desde el “modo confianza” y a brindar servicio. Al cultivar el amor incondicional, la luz de nuestra conciencia comienza a brillar y las oscuridades de nuestros miedos comienzan a desvanecerse. También enfoca tu consciencia en aquello que más te gusta hacer, puede que entres en una realidad paralela donde esos peligros anteriores que estabas creando ya no existan.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Transformar el temor en amor

Blue Sky wallpaperCasi todas nuestras reacciones provienen de nuestras creencias basadas en el miedo cuando estas no nacen  del amor incondicional.

Los celos, la envidia, la preocupación, el enfado, la tristeza etc., son sentimientos tan desagradables que lo que hacemos es evitar sentirlos, negándolos, disimulándolos o reaccionando violentamente a estas manifestaciones energéticas. Y lo hacemos respondiendo hacia afuera colocando en el exterior la causa de nuestro malestar. Rara vez miramos en nuestro interior.

Siempre conseguimos al culpable de aquello que sentimos, siempre miramos las circunstancias como un producto de la mala suerte o simplemente nos sentimos víctimas de las situaciones o de alguien. Nunca o muy raras veces buscamos la causa dentro de nosotros y aunque ya lo sabemos, nos olvidamos de que somos los creadores de nuestra realidad, de nuestras experiencias y de cómo percibimos el mundo.

Cuando cambiamos de pareja constantemente, cuando no conseguimos la pareja, o la pareja nos traiciona; cuando el dinero no alcanza, cuando no conseguimos el trabajo ideal, miramos y nos preguntamos: ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿En que he fallado? ¿Porque me suceden estas cosas? Y comenzamos a sentirnos como pobrecitos,  seres imperfectos, no merecedores, con poca valía y dotados de mala suerte.  Y la pregunta correcta que debemos hacer es ¿Qué hay en mí que estoy creando esto? o decir simplemente Lo siento, perdóname por aquello que hay en mí que está creando esta situación. Está manera de preguntar ya de por si nos hace recordar que “Yo y solo yo, soy quién crea mi realidad tal como es”, y si hay aspectos en mi vida que no marchan bien es porque tengo creencias acerca de mí y del mundo que aunque no estoy consciente de ellas, hacen que se manifieste de esta manera en mi realidad.

Antes de llegar al mundo sabíamos que éramos perfectos. Éramos una eterna manifestación de la creación, y como creaciones fuimos concebidos a partir de la misma sustancia de Dios. Luego al entrar en la frecuencia del miedo y la disfunción que caracterizan nuestro mundo, esta vida; lo hemos olvidado todo, para vernos inmersos en un ambiente hostil indistintamente de que hayamos crecido o no, en el seno de una familia amorosa y feliz.

En ese momento, pequeñitos,  se crearon las primeras creencias en cuanto a esta vida. En un niño pequeño donde la obtención de amor se hacía difícil y sujeta a condiciones; donde se hacía necesario ser digno para poder ser amado; es así como aparecieron las primeras creencias sobre las dificultades de obtener amor.  Luego a partir  de ese hecho surgió la creencia de que no hay suficiente, que hay que luchar para conseguir, y hay que ser merecedor. En ese momento, tal vez también se creó el erróneo concepto de que sentir  amor es igual a sentir dolor.

Hemos crecido, nos hemos desarrollado como seres adultos, nuestro intelecto se ha formado, y nuestra vida como persona madura la vemos como el resultado de la experiencia, mas ese pequeño niño interno nunca se fue, el no creció ni cambió. Él sigue allí aunque lo hayamos olvidado o creamos que lo hemos superado.

Una y otra vez las situaciones de vida que nos encontramos siempre reflejarán esas tempranas decisiones, esas conclusiones, esas creencias porque tenemos en nuestro interior y siempre irá con nosotros ese pequeño niño, herido y abandonado que aún necesita amor. Una y otra vez, algo del afuera nos apuntará a esas heridas que aún no han sanado y que seguirán allí hasta que le prestemos atención a nuestro niño interior.

Las  penas, las tristezas, la rabia, la impotencia, todo aquello que sentimos solo se pueden transformar en el ahora, no tratando de evitar aquello que sintamos, no tratando de esconderlo, sino sentir todo lo que es y toda la manifestación de nuestras emociones, amándolas tal y como son.

Sin juicios abraza mentalmente aquel pequeño que habita en ti y dile mentalmente que está bien sentir lo que siente. Dile que es correcto que lo sienta y abrázate imaginariamente y siente toda la emoción y dile al pequeño que hay en ti, que ahora ya no necesitará sentirse solo y sin amor porque tú estás allí para dárselo.

Acepta lo que sientes, siente en su totalidad aquello que está en ti, no lo resistas y ámalo. Paradójicamente, cuando eliges la transformación AHORA con aceptación y amor, automáticamente transformas tu pasado y tu futuro.

Solo puedes transformar el miedo y cualquier emoción en el momento que sientes la emoción, mandando amor. Tú eres amor, tú eres perfecto

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Del temor al amor

He  sentido miedo, y a veces esta sensación ha sido vaga e imprecisa pero sumamente incomoda y desagradable. Comienza con una sensación en la boca del estómago, o tal vez más arriba, en la parte alta del tórax. Es una molestia y me doy cuenta que es ansiedad. Pero allí está y comienzo a observarla. Tomé la decisión de conocer el proceso y cambiarlo.

Esto me ocurrió hace un par de días y me dije a mi misma, vamos Jocelyne, aplica lo que enseñas, al fin y al cabo, lo que enseñas es para ti, lo que escribes es tu propio aprendizaje.

Todo esto ocurrió con un disparador, un pensamiento, una situación y comenzó a un nivel mente-cuerpo con efectos fisiológicos. Me dejé llevar hasta alcanzar creencias antiguas, unas entrelazadas con otras que hasta ese momento no eran del todo conscientes.

Noté que indagando en la sensación que me atemorizaba y permitiendo sentirla plenamente, vivirla y dejarla ser, al rato surgió una nueva emoción que al principio no parecía estar allí o no era evidente; era una sensación que se fue transformando en tristeza, en ganas de llorar y desesperanza y al permitir correr las lágrimas… el miedo fue desapareciendo completamente. Surgió una especie de alivio, era un sentimiento de aceptación.

Fue en ese mismo instante, que  una voz apareció para mi sorpresa. Salía de mi interior y me dijo dulcemente mientras me pasaba su cálida mano imaginaria por los hombros, “Todo va a estar bien, todo ya está bien, nunca fue de otra manera, te dejastes atrapar por tu mente y sus creencias pero nada de esto es real, es algo que te has imaginado, no existe nada que te pueda dañar aunque creas en ello” y luego me calmé y sentí paz. Respiré profundamente aliviada.

Los miedos vienen de películas que nos hacemos y estas películas surgen de creencias que tenemos que no desearíamos por nada del mundo que se vuelvan realidad. Surgen de imágenes que tememos y deseamos evitar. Todo esto nos sucede sin nuestro consentimiento; ni siquiera estamos conscientes de qué es lo que lo dispara ni del proceso en el que nos vemos inmersos. Tampoco sabemos cuál es la raíz de estas creencias  pero  lo vivimos como una posibilidad muy real y el temor se apodera de nosotros.

Para vencer nuestros miedos y transformarlos tenemos que:

1) Sentirlos completamente, aceptarlos y permitirlos.

2) Preguntarnos ¿Que debo de estar creyendo para sentir este miedo? ¿Que sucedería si ocurriera realmente? ¿Que me sucedería a mí si mi creencia fuera real? ¿Que pensamientos sustituirían estas creencias? (Puedes escribirlas si se te hace más fácil).

3) Contacta tu creencia, mírala y aprópiate de ella, respira profundo. Siente como tu creastes tu creencia o te apropiastes de ella. Es tuya.

4) Al conocer tu creencia más profunda, la puedes cambiar, la sueltas, la dejas ir y le envías amor. Vuelve a respirar profundamente y siente el amor. Agradece la oportunidad de que se ha manifestado para poder deshacerla y dile  Gracias, Te Amo- Procede a permitir que sea sustituida por pensamientos de amor. Reconoce que solo es una creencia, no es verdadera, es una ilusión, que tú la has creado y ya no crees más en ella.

El miedo se evapora rápidamente.

Los pensamientos de temor aparecen cuando nos alejamos de vivir en el presente; esto no lo podemos evitar porque nuestra mente es muy saltarina. Pero podemos observarnos y observar el proceso, esto nos permite estar más en el ahora.

Tenemos que permitimos vivir el proceso de nuestros temores, ansiedades y miedos para descubrir las creencias que yacen ocultas y hacerlas nuestras poniéndolas a la luz para cambiarlas y sanarlas. Si no nos permitimos esto y lo que hacemos en vez, es resistirnos, evitando, reaccionando, huyendo o evadiéndonos, ellas no desaparecerán. Lo que hacen es mostrarse cada vez más a menudo en forma de ansiedades, fobias y/o crisis de pánico.

Si tu temor es muy fuerte, déjalo ser, acéptalo y abrázalo, tal vez es la puerta a tu despertar. No huyas de el.

Los temores son alarmas de que estamos desalineados con nuestro verdadero ser y debemos de prestar atención para corregirlo-

Hay algo que es importante mencionar y es que el amor es la píldora milagrosa que sana el miedo. Todo pensamiento de temor tiene su antídoto. El temor es una ilusión basada en la separación y la muerte. Nada de esto es real. Somos inmortales, el cuerpo es nuestro vehículo en esta realidad, pero existen muchas otras realidades a las que podemos acceder, inclusive en esta misma vida cambiando nuestra vibración.

Soltar las creencias es cambiar nuestra frecuencia vibratoria sintonizándonos a una nueva realidad. El amor es el pasaje a las estrellas.

Puedes ayudarte a disolver tus creencias repitiendo para tus adentros, Gracias, Te amo, o con preguntarte, ¿Qué hay en mí que estoy escogiendo sentir esta sensación? O ¿Qué hay en mí que escogí creer en esto? Y luego déjalo ir.

Tú eres el maestro y tu mente es tu sirviente, no al revés.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Amando mis emociones

Andamos por la vida muchas veces infelices, preocupados y repletos de problemas. Usualmente salimos de uno y enseguida aparece el siguiente. En ocasiones notamos que el intervalo se vuelve cada vez más corto entre una situación y otra. Pareciera  que se tornara más difícil conservar la paz. A donde vamos los problemas nos persiguen, y mantenemos la ilusión que si nos alejamos lo suficiente, tal vez podríamos huir de ellos. Muchos fantaseamos con la idea de viajar a una isla lejana, o a algún lugar alejado de la urbe en donde podamos refugiarnos y  así parece que sucede cuando vamos a la montaña o a la playa; pero no es el mar, no es el lugar a donde nos dirigimos, es tan solo nuestro foco de atención que cambia y por eso sentimos paz. Simplemente nos desconectamos de aquello que nos agobia para conectarnos con algo más placentero.

Si logramos cambiar nuestro foco, estemos donde estemos; si aprendemos a dominar conscientemente nuestra atención y la dirigimos con intencionalidad; entonces hacemos la gran diferencia.

Cuando una emoción nos domina, es cierto que sacarnos de la mente el hecho perturbador se nos hace bastante dificultoso y lo que menos pensamos en el momento, es en dirigir nuestra atención hacia algo más placentero. Pero si elegimos respirar profunda y lentamente, y junto con la respiración agradecer y amar nuestras emociones, estas desaparecerán más rápido, sin dejar huella.

Sé que suena algo descabellado  amar lo que sentimos cuando se trata del miedo o la rabia; pero esa es la forma de soltar los problemas y las emociones que nos invaden. Dejarlas ser, sentirlas y observarlas, respirar profundamente mientras aún nos domina su influencia y al poco podemos experimentar como las vivimos desde lejos, como si ya no se tratara de nosotros y nos desligamos de ellas lentamente.

Las emociones son explosiones de energía acompañadas por manifestaciones corporales que si son muy densas, pueden ser bastante desagradables, como el miedo y la furia. Ellas siempre van asociadas a una historia que hemos fabricado. Al permitirlas observándolas con des-apego, ellas pierden su intensidad rápidamente convirtiéndose en energía ligera hasta liberarse. Si reaccionamos y nos identificamos con ellas y su historia, aunque al cabo de un tiempo regresemos al equilibrio natural, la raíz o la causa que la originó, sigue en nuestro interior.

Todo aquello que aparece en nuestra vida ya estaba con anterioridad en nosotros,  nos llega con el propósito de mostrarse para ser soltado y liberado.

Cuando ocurre lo que llamamos problemas,  estos vienen acompañados de  emociones con distintas intensidades y lo que debemos es des-apegarnos   y  des-engancharnos de la situación, observar la emoción y limpiar la historia que la creo. Por lo tanto debemos de evitar hacer del evento una historia más, contándolo o simplemente pensando en ello.

Observar tus emociones en vez de dejarte arrastrar por ellas es la mejor manera de disolver la historia que está detrás. Si tu mente está enfocada en  los conflictos, la paz será imposible para ti.

Los conflictos son pasajeros, pero nosotros hacemos que perduren al no dejarlos ir.  Podemos decidir enfocarnos en aquello que nos da paz, y dejar ir aquello que nos la quita. Cuando nos preocupamos por algo, lo que hacemos es darle fuerza, si lo aceptamos y lo soltamos, aquello cambiará para nosotros

Las emociones siempre vienen por una historia que nosotros mismos hemos creado que concuerda con nuestras creencias, y solo dejándolas  ir, observando sus efectos en nosotros, aceptándolos sin luchar, amándolos; se irán.

Recuerda, es una historia que te has contado, no eres tú. Solo tienes que cambiar el foco desde donde estás ubicado frente a la historia o el conflicto; si estás dentro de ella o estas observándolo imparcialmente cuando se produce en ti la emoción.

Donde enfoco mi atención allí dirijo mis pensamientos y esa es la realidad que estoy creando.

Te invito con amor a que te adueñes de tu vida y de tu experiencia creando aquello que te mereces.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Transformando mi experiencia

Deslizarte a través de tus  cualidades sin prestarle atención a los defectos que tu mente cree que tienes es un arte que tu puedes dominar y perfeccionar. Nuestro propósito en esta vida es recordar que somos perfectos, y esa es nuestra primordial meta para luego desarrollarnos en nuestros únicos talentos.

Es sabido que nuestro peor enemigo no se encuentra fuera de nosotros, y que nos vamos destruyendo lentamente no por lo que otros dicen o nos hacen sino por lo que creemos que somos. Con nuestros propios juicios es como nos dañamos y no con nuestras experiencias ya que estas son solo la consecuencia. Constantemente estamos tejiendo y entrelazando pensamientos acerca de nuestras imperfecciones y defectos sin darnos cuenta que somos los creadores de estas. Ellas van en aumento lentamente en la medida que vamos constatando que estas se vuelven reales., y no solo nos lo creemos sino que también lo estamos creando y proyectando en el mundo externo y vamos envejeciendo sin saber que podemos crear cambios en nuestra existencia.

No olvidemos que el mundo que vemos es el espejo de todo lo que hemos creído.

Si hay algo que te disgusta en tu experiencia, en vez de intentar cambiar lo que sucede debes iniciar el cambio en la forma como lo percibes y el significado que le das, que es lo único que puedes hacer, porque el cambio comienza en el proyector no en la pantalla de la vida. Es mirando en tu interior.

Si yo afirmo que soy incapaz de aprender algo nuevo, o me siento inútil para realizar determinada actividad, dejaré de intentarlo y me volveré torpe e inepta. Al igual si creo que soy tímida en mis relaciones y tengo dificultad para expresar mis pensamientos, así lo estoy creando, me iré retrayendo, confirmando y reforzando mi afirmación.

Si no me siento valiosa, merecedora, digna de tener amor, de poseer una  buena remuneración, alegrías, estabilidad, así es la vida que me estoy creando. Todas nuestras creencias  se convierten en una profecía auto cumplida.

¿Entonces como cambiar los patrones o  programas que me he auto creado?

1)    Lo primero que tengo que hacer es estar muy alerta acerca de mis pensamientos, en que me enfoco, si estos están basado en mis cualidades o en los defectos que creo tener, que digo acerca de mí y de otros, en que deposito mi atención.

2)    Cada vez que me sorprenda pensando negativamente de mi o de alguien más en mi mundo exterior, puedo agradecer y amar estos pensamientos. De esta manera estoy permitiendo que la energía asociada a ellos se libere, se transforme y luego se desvanezca, esto se llama transmutación. Si los alimento con mas sentimientos negativos, les estoy dando combustible, si los amo, los estoy liberando y dejando partir sin que estos me afecten. Los estoy soltando.

3)    Enfocarme intencionalmente en el amor y en el agradecimiento, aunque inicialmente no lo sienta, cambian la vibración de mis pensamientos y sentimientos.

4)    Usar como guía mis sensaciones y sentimientos, ellos me indican lo que mi corazón me pide. Muchas veces estamos inmersos en actividades que no nos gustan, no nos satisfacen pero seguimos allí por nuestras creencias y temores y no oímos o no estamos conectados con nuestro ser interior. Prestar atención es una excelente brújula que nos puede guiar a estar sintonizados.

5)    Estar abiertos a estar equivocados, en todo lo que pensamos y creemos.

6)    Reconocer que no sabemos nada y pedir respuestas que no provengan de nuestra mente y luego soltar. En algún momento sin esperar las respuestas, estas aparecen si no las buscamos y confiamos. Hay una parte en nosotros que  siempre sabe lo que es correcto, esta parte está conectada directamente a la fuente  y nos habla y  envía señales constantemente pero estamos muy ocupados y enfrascados en el ruido mental.

7)    Prestar atención especial a aquellos  pensamientos que comiencen con “NO” así como no puedo, no tengo, no merezco, no debo, y seguir el paso 2 y 3.

8)    Ubicarnos en el presente, regresar cada vez que viajamos con nuestra mente al pasado o al futuro. Lo único real es lo que sucede ahora.

9)    Estar dispuesto a dejar partir lo viejo, desapegarnos de todo lo que creemos, las cosas, las personas, etc. El mayor impedimento al cambio son nuestros apegos a lo conocido, sean incluso pensamientos negativos acerca de nosotros mismos.

Esto no significa que nada nos importe, significa que no nos importe demasiado y poder pasar la página para que lo nuevo entre en nuestra vida.

Por último quiero mencionar que  en la medida que me transformo, mi mundo también cambia porque no estamos aislados. Tú y yo, somos uno  y el cordón que nos une es el amor y el que nos aísla es el miedo. Si trabajo únicamente en mi, mi mundo estará bien.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Venciendo miedos, mi experiencia.

Hace apenas menos de un año, yo tenía algunos miedos de los cuales era consciente, uno de ellos era el miedo escénico. Desde pequeña no me atrevía a estar expuesta en el medio del salón de clases, me ponía colorada y me bloqueaba completamente, de modo que si tenía algo que decir, prefería callar.

Supongo que tenía que ver con mi auto imagen y con el miedo al qué dirán. Es muy común tener una imagen de nosotros falsa, llena de imperfecciones y defectos, porque en realidad ignoramos quienes somos. Nosotros fuimos creados perfectos y no lo sabemos; no lo creemos.

Estos temores los fui arrastrando durante toda mi vida, pero no creí que fuera un problema hasta el año pasado, cuando hice de productora de unos seminarios aquí en mi país donde tenía que hacer de presentadora, entonces se me hizo evidente ese temor, y evité subir al escenario delegando esa función en quien en ese momento era mi asociada.

Luego,  por inspiración escribí mi primer libro Palabras Mágicas, no tuve ningún problema en hacerlo porque siempre limpiando memorias, miedos y preocupaciones me dejé llevar por lo que sentía era mi pasión, y el producto final vino del amor, de aquella parte de mi donde todo es perfecto.

Cuando Palabras Mágicas comenzó a recorrer las calles y a estar en manos de la gente, me comenzaron a pedir que hiciera un taller,  entonces volvieron a mí aquellos recuerdos, me resistí durante un tiempo hasta que, juntándome de valor, opte por realizarlo.

Esta, mi primera experiencia, fue una aventura hacia mis miedos; me animé a afrontarlos y no paré de borrar aquello que había en mí que me hacía sentir tan mal, lo hice sin parar, sabía que era algo mío y que nada tenía que ver con los demás. Los demás solo existían en mi mente, yo misma estaba fabricando esa ilusión.  Al final lo logré, con algo de resistencia hasta que decidí soltar y confiar.  Admito que la  aprensión disminuyo en gran medida pero aún no ha desaparecido del todo.

He aprendido que los miedos se pueden vencer, si los afrontamos y seguimos limpiando porque todo está en nosotros, no existe nada afuera sino la proyección de nuestros temores. Así  he seguido adelante y ya realicé 10 o 12 talleres, tal vez mas, en realidad ya no los cuento porque esto dejó de tener importancia para mí.

Luego me sucedía lo mismo con las entrevistas, volví a sentir aquel miedo a hablar en directo en la radio, en la televisión, etc.

Todos nuestros miedos son memorias, nuestra condición natural es el amor, la armonía, la paz. No sabemos de donde vienen estos programas, tal vez fueron creados en nuestra infancia o tal vez los arrastramos de vidas anteriores, pero eso no tiene ninguna transcendencia ni tampoco qué los originó.

Ahora ya no me detengo,  si interrumpo mi camino al encontrar piedras, es porque le estoy dando mas importancia a las piedras que al camino.

Nosotros  como humanos tenemos los mismos retos que el águila, que en un punto de su vida  cuando llega a los 40 años  tiene que decidir si tansformarse o morir, si no cambia sus pesuñas, pico y plumas a través de un proceso de transformación, muere, nosotros morimos constantemente mientras no cambiemos nuestra manera de pensar.

Ahora quiero compartir contigo mi primera entrevista por radio desde México y quiero que tú también sueltes tus miedos, limpies y confíes. Tú puedes vencerlos, ambos podemos vencerlos, nosotros podemos crear todos nuestros sueños cuando confiamos y soltamos

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

Aquí les comparto mi primera entrevista en radio desde México, graciasss

 

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El mundo que hemos creado

Cuando atravesamos momentos difíciles, siempre hay algo que podemos hacer al respecto. La vida está llena de subidas y bajadas, generalmente nos enfocamos en una cosa para luego prestar atención a otra, los acontecimientos se suceden unos a otros manifestados en forma de problemas, pareciera a veces que nos persiguen sin dejarnos en paz . En ocasiones no nos dan respiro hasta que decidimos hacer algo diferente.

Aunque no parezca así, los problemas son bendiciones, todos ellos son oportunidades de limpiar nuestras memorias. De hacer cambios. Ellos proceden de nuestra ignorancia, de no saber quien realmente somos. Por lo general nos identificamos tanto con lo que hacemos, con lo que pensamos ,con lo que decimos, y con lo que tenemos, que hemos perdido nuestra verdadera identidad. Nos sumergimos tanto en ellos que no vemos la salida. No tenemos ni idea de quiénes somos y generalmente ni siquiera nos lo cuestionamos. Tenemos la vaga ilusión de que si nos quitamos la ropa nos desnudamos, pero no, estar desnudos es también quitarnos las creencias, los juicios, los miedos, los prejuicios y ser quienes realmente somos. Tenemos que literalmente limpiar nuestro sistema operativo social y dejar que Dios actué para recordar y recobrar nuestra verdadera identidad.

¿Te imaginas como seria la vida sin temores?

Para ser quienes realmente somos necesitamos tomar consciencia que estamos equivocados cuando juzgamos, cuando opinamos, cuando nos preocupamos, cuando nos enfocamos en la escases o cuando creemos que sabemos más. Todo lo que hacemos, decimos o pensamos está totalmente basado en nuestras creencias. Si admitimos interiormente que no sabemos nada, es cuando se vuelve posible que nos llegue la información que necesitamos.

Es natural que tengamos problemas, porque al no saber quiénes somos, tampoco entendemos lo que nos ocurre. Y toda nuestra confusión la proyectamos en el mundo que vemos mostrándonos a su vez un mundo confuso. Todo lo que reflejamos en nuestra vida viene de las creencias que no nos pueden traer paz, porque estas están erradas. Es muy cierto aquel dicho que dice “Dime como vives y te diré que piensas”.

Los problemas van y vienen, y cuando momentáneamente desaparecen tenemos la ilusión que los hemos resuelto y nos olvidamos aliviados hasta que aparece el siguiente, pero en realidad todos ellos se reducen a uno solo y es que ignoramos nuestra verdadera esencia, y por lo tanto vivimos en un mundo con temor, protegiéndonos, quejándonos, reaccionando, culpando.

Las situaciones se presentan una y otra vez como oportunidades, aunque nos hagan sufrir, esa es la manera que la vida nos avisa que prestemos atención, que hay algo que tenemos que corregir. Se trata de un error de percepción, cuando comenzamos a re-descubrir quienes somos, los problemas comienzan a disminuir, y en la medida que dejamos de creer en ellos, dejamos de reaccionar ante las situaciones, ellos tienden a desaparecer. Siempre es así, lo que te sucede viene de tus memorias, de tus creencias, nada sucede al azar, aunque no estés consciente de ello.

Nos resulta bastante difícil escapar a nuestra programación pero existen maneras de acercarnos a un despertar, comenzamos por darnos cuenta que estamos siempre en automático, como un caballo de carrera desbocado y podemos decidir observarnos, el entrenamiento en esto nos vuelve más conscientes. También podemos meditar para despejarnos y aplacarnos, intentamos no reaccionar, y al practicar el Ho’oponopono repitiendo las palabras claves en forma de mantra, nos salimos del proceso de identificación con las situaciones que nosotros mismos hemos creado y así dejamos de alimentar esta interminable secuencia de eventos que nos mantienen dormidos y robotizados.

Tenemos el poder de decidir, y a veces no lo hacemos porque no creemos que podemos cambiar las circunstancias, pero todo cambia cuando decidimos vivir en paz. Cuando decidimos estar en paz y logramos aquietar nuestra mente, sin buscar modificar nuestro entorno, el mundo que vemos también se transforma. El universo siempre responde a nuestros pedidos.Vivir en paz es una opción posible.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

De regreso a casa

Una amiga me pidió que escribiera sobre la muerte, y yo me resistí durante varios días, es un tema difícil para mí y donde juntos compartimos muchas memorias. Al fin hoy comenzó a fluir. Sentí que lo debo hacer porque es una necesidad ver la muerte de otra manera, sin  miedo.

Todos tenemos algún familiar y personas allegadas que se han ido y nos hemos quedado paralizados y entristecidos por la perdida.

La muerte, además de el vacio que nos ocasiona, la asociamos con el dolor físico de la persona que nos deja y con el dolor emocional de quienes nos quedamos. Tenemos muy arraigadas las memorias de dolor y sufrimiento  y nos puede  ayudar comprender que la muerte no es un final y siempre es una liberación.

Tenemos la impresión de que todos estamos separados y la muerte física nos hace creer en esta ilusión.

Mi propósito al escribir sobre este tema es ayudarnos a cambiar nuestras creencias y sustituirlas por nuestro entendimiento de lo que es una transición, una transformación, y quizás una evolución en algo superior.

Todos hemos oído hablar y muchos de nosotros tenemos algunas experiencias acerca del espiritismo, de las regresiones, de la comunicación con seres de  otros planos, de memorias de vidas anteriores, y canalizaciones, y yo he presenciado algunas de estas experiencias y no me cabe ninguna duda que estas son reales. Todos podemos experimentar cierto tipo de contacto si nos preparamos y logramos modificar nuestras frecuencias para acceder a otros planos de consciencia.

Entonces la muerte como tal no existe, solo es una transformación del estado físico al etéreo. El yo esencial se libera, y la muerte, es el nacimiento de una nueva aventura. Un nuevo cambio.

Tenemos  ilusiones enormes que nos confunden. Creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y este se acaba con la muerte, el alma sigue su camino de transformación. Nunca es un final, es un nuevo comienzo.

Hemos aprendido que la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. La vida es una aventura, pero lo que hay después de la vida también lo es.

El apego es natural y cuando un ser querido se va, nos deja un gran vacío, y ese sentimiento lo proyectamos en el ser que se fue, lo imaginamos sufriendo antes y después, mas no es así, ese ser ahora está absolutamente libre para su siguiente aventura.

En las creencias que conservamos  por lo general La muerte no es el enemigo, nuestro enemigo  es el miedo a la muerte.

Tenemos que cambiar y enseñar a las personas que están cerca de la muerte a perder el miedo, y a recibir lo que vendrá con alegría, esa es una hermosa tarea que rara vez emprendemos. El miedo a la muerte entonces desaparecerá. El estado de ánimo será tal que le dará la bienvenida  ¿Qué va a suceder?  Será capaz de dejar que suceda y no habrá preocupaciones.

Recuerda el amor es dejar libre al otro, intenta soltar el apego, por difícil que parezca y nunca olvides,  la separación es solo una ilusión. Tómalo como un viaje de aventuras a tierras lejanas con la certeza  que la persona que se marcha, se va en paz.

Desde el momento en que nacemos comenzamos a morir lentamente. ¿Alguna vez te has preguntado quien  o que eras antes de nacer?  La muerte solo es el regreso a casa. Entonces ¿porque no vivir la vida como un corto viaje de aventuras en vez de tomarlo tan en serio? ¿A quién no le has dado amor y de quien no te has despedido? Agradece a quienes te han acompañado, y a aquellos que aunque no te hayan agradado, te han ayudado a descubrir acerca de ti.

Todos estamos unidos y entrelazados aunque no lo podamos percibir y tan solo estamos experimentando distintas facetas del ser, somos parte de la totalidad, somos la fuente experimentándose a sí misma.

Pierde el miedo y entrégate al amor, es el único camino a la paz, es la única manera para que tu aventura mientras dure, te traiga felicidad. Siempre regresaremos a casa.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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