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Ho’oponopono y la escoba

Muchas veces cuando estamos limpiando con las palabras mágicas, Te amo, y Gracias, repitiéndolas constantemente, comienzan a ocurrir cosas extrañas. Me han contado varias  personas que cuando comenzaron a practicarlo, sobre todo cuando se iniciaron en la técnica;  aparentemente no les estaba funcionando como ellos hubiesen querido. En vez de sentirse en paz lo que les sucedía era que se sentían más confundidas. Las situaciones problemáticas eran cada vez más frecuentes, los problemas con la pareja, con el trabajo o con la familia se estaban acentuando en vez de aplacarse. También se quejaban de que repentinamente se sentían disgustadas sin saber el porque o les invadía un mal genio sorpresivo, sin razones aparentes, y todo les salía  mal….

A medida que vamos limpiando nuestro subconsciente de las creencias erróneas, de los errores de percepción, de juicios, conceptos e ideas equivocadas que nos traen sufrimiento vamos despejando el largo camino a casa. Al ir quitando la polvareda, vamos destapando aquello asentado y profundamente enterrado en nuestro interior.

Ahora, te invito a que hagamos un pequeño viaje juntos y uses tu imaginación. Te dejes llevar hasta un lugar muy oscuro y sumamente sucio,…. Tan sucio que nadie jamás lo ha visitado, nadie jamás ha puesto sus pies en él. Nunca una mano cariñosa se aproximó por el lugar para pasar un trapito húmedo y limpiar el polvo acumulado durante décadas y décadas, y siglos de siglos…

Ese extraño lugar tiene las paredes recubiertas por imágenes de películas de terror y algunas pocas paredes poseen imágenes de paisajes agradables conteniendo un cielo azul. Es un lugar desolado y triste..

Al rato mientras sigues con tu imaginación observando las imágenes  y sintiendo,  te das cuenta que ese lugar está dentro de ti….  Y reconoces que es ese lugar la causa de la niebla que distorsiona tu vista y luego juzgas, es la causa de que no oyes lo que se dice sino lo que piensas  y es la causa de todos tus  pesares, preocupaciones, molestias y malestares  que sientes y que siempre has sentido.

Seguimos imaginando que un buen día decides acercarte al lugar para poner un poquito de orden. Es sensato comprender que al tratar de re-mover todo lo que allí se encuentra, se desaten oleadas de suciedad  polvorienta que se esparce como una gran nube gris por doquier.(Basura). Y esta suba a la superficie.

Ese es tu subconsciente, lo que los antiguos chamanes (Kahunas) de Hawái llaman el niño interior. Esa parte de ti se encuentra abandonada, olvidada y requiere con urgencia tu atención.

A medida que vamos limpiando los datos antiguos del subconsciente con palabras como GRACIAS , TE AMO  repitiéndolo mentalmente a todo lo que percibimos como realidad, van surgiendo memorias desde el fondo de nuestra mente hasta la superficie y van apareciendo situaciones en nuestra vida que no teníamos ni idea que se encontraban allí. Estas aparecen en forma de problemas,  circunstancias difíciles, enfermedades y caos dentro de la pantalla llamada vida .Y al irlas liberando las vamos sanando completamente desde nuestro pasado hacia el futuro como también en los seres que nos acompañan.

El polvero que nos salpica al comenzar a remover la suciedad (nuestra basura) trae a la superficie más problemas para que los podamos transmutar en luz a través de la Divinidad. Cada problema que va surgiendo está allí en nuestra mente mostrándose como una oportunidad de ser eliminado y transmutado definitivamente si permitimos que así sea en vez de reaccionar ante él. De lo contrario vuelve a las profundidades para seguir apareciendo vida tras vida de manera intermitente e infinita como experiencias desagradables hasta que nos hagamos cargo de ellas.

Esta es una corta visión del porqué no debemos parar de limpiar, sin importar lo que esté sucediendo ya que nada es lo que parece, nada que parece real lo es. Nunca sabemos porque suceden las cosas, ni como exactamente estamos creando nuestra realidad. Asumimos la responsabilidad de cambiar solo limpiando y confiando. Usamos la escoba (Gracias, Te amo) y comenzamos a barrer. Nuestro subconsciente está sobrecargado y lo que hacemos es liberarnos,… Si,.. Esta es la única libertad real, estar libres de datos, creencias erróneas, y dejarnos guiar por la inspiración.

En una copa llena no entra nada, si nos vaciamos podemos ser creativos e inspirados…

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Buscando mi paz.

En estos días, una querida amiga, me llamo para hacerme una consulta. Tenía en su casa a una persona que hace ya algún tiempo ella amablemente le ofreció auxilio y cobijo, y esta persona no parecía dispuesta a marcharse. Mi amiga ya no encontraba cómo hacer para que se fuera, y estaba desesperada al punto que no tenia paz y sus pensamientos giraban en torno a este hecho obsesionándola y amargándola.

Me comento que hacia Ho’oponopono  constantemente para que la intrusa se fuera. Que no tenia privacidad, se sentía invadida y se estaba volviendo loca, y que el Ho’oponopono no le estaba funcionando.

Les cuento esto porque a todos nos sucede que nos confundimos y  hacemos Ho’oponopono con un determinado propósito y nos creamos expectativas. Creemos saber lo que nos conviene y que hacer al respecto, pero si las situaciones no se resuelven de la manera que  deseamos, entonces la técnica no sirve, o por lo menos no funciona en todas las situaciones.

Esto es una confusión, cuando borramos nuestras memorias el único propósito es tener paz, tener paz mas allá de toda comprensión sin importar lo que esté sucediendo afuera.

En el caso de mi amiga, su propósito no era claro, porque ella creía que su indeseable ocupante era el motivo de su falta de paz, y era necesario que esta se fuera para regresar a ella. Esta es una fantasía en la que tropezamos usualmente y entregamos nuestro poder, no al afuera, sino a nuestras memorias, a nuestras creencias, si la intrusa no se iba, ella era infeliz.

Las cosas nunca son como  creemos que son porque nunca sabemos lo que es correcto y perfecto para nosotros, y lo que creemos que nos da felicidad solo nos da una alegría momentánea hasta que encontramos otra razón para justificar nuestro continuo sufrimiento o preocupación. Nosotros vamos por la vida buscando las escusas en el mundo que vemos sin percatarnos que es dentro de nosotros donde están todas las soluciones.

Tal vez esta persona o situación pueda ser una bendición para ella. Usualmente no sabemos y casi siempre le echamos la culpa al mundo externo de nuestra falta de paz sin asumir nuestra responsabilidad.

Le recomendé a mi amiga que siguiera practicando el Ho’oponopono y se olvidara del propósito que ella llevaba en mente y se centrara únicamente en encontrar su paz. Ese es el verdadero propósito que tenemos al limpiar nuestros casetes, nuestras memorias y cuando llegue a alcanzar esa paz, tal vez la persona en cuestión se marche o tal vez ella  en ese momento quiera que se quede.

Generalmente  proyectamos en las situaciones externas que creamos y en las personas que nos rodean todos los motivos habidos y por haber de las decisiones que nos conciernen y que no queremos asumir responsabilidad. Nos hemos acostumbrado a buscar al culpable fuera de nosotros.

Con Ho’oponopono aprendemos a lograr paz sin importar lo que esté sucediendo fuera de nosotros. Sin importar que nuestro mundo se este cayendo, y cuando alcanzamos ese estado ideal, todo cambia, nuestro mundo cambia, nuestra percepción cambia, se deshace el error. Por eso todas las situaciones aparentemente caóticas que tenemos en la vida son tan solo oportunidades de limpiar, son errores de percepción, y a través de ellas podemos darnos cuenta y retomar nuestro poder.

La paz no es del otro, la paz es mía, y yo soy responsable por mi paz, el otro solo es un pequeño recordatorio que me indica que estoy juzgando,  que no estoy viendo la situación tal como realmente es, que mis pensamientos no están centrados en el amor. Todas las situaciones, nos llevan a dos opciones, o limpiamos nuestras memorias, o nos enganchamos y sufrimos.

Para retomar tu poder, lo primero que tienes que hacer es darte cuenta, que el problema no está afuera de ti, sea cual sea este, y aunque lo veas afuera la varita mágica para cambiarlo la tienes tú.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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