Conviértete en el creador de tus propios milagros . . .

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Antes y después

Recientemente estuve buscando un asistente bilingüe para la traducción del libro Palabras Mágicas, y pude constatar la gran diferencia que había durante las entrevistas si limpiaba un tiempo antes, mis memorias y toda energía negativa. No es necesario saber lo que se está limpiando, simplemente lo hacemos, soltamos y confiamos.

Una de esas entrevistas la tuve con una señora sin haber hecho la limpieza antes de que se presentara y fue como diríamos, “Fatal”. La percibí poco amigable desde el momento que llegó hasta el final, se mostró autoritaria, impaciente  y desconfiada, sentí que ella  cuestionaba  todo cuanto le decía. Al irse y cerrar la puerta me sentí aliviada, y me pregunte;.. ¿Que hay en mí que está creando esta situación?, agradeciendo constantemente y diciéndole a mis memorias que las amo. Pensé,..¿Será que me está mostrando una parte de mí que desconozco? , también tuve la seguridad que de alguna manera yo había creado esto. (Todo lo que se nos presenta en nuestras vidas son oportunidades para borrar).Y seguí limpiando.

Luego  tuve otra entrevista, esta vez limpie antes para deshacer cualquier negatividad que hubiera en mi que pudiera crear alguna situación desagradable y la persona que se presentó fue totalmente lo opuesto a la anterior, fue un placer hablar con ella, hubo una inmensa confianza desde el inicio y estuvo bien dispuesta a colaborar en todo, realmente un ser agradable y sencillo. Entonces comprendí la diferencia.

Cuando vamos a una reunión, cuando emprendemos una nueva tarea, un negocio, un viaje, un encuentro, siempre limpiemos antes y aquello que es perfecto para nosotros será lo que se presente en esa ocasión, la diferencia es abrumadora. Lo ideal es limpiar antes y después para que veamos resultados importantes en nuestra vida, es necesario  hacerlo todo el tiempo, sin parar por el resto de nuestra vida, pero a muchos eso se nos hace difícil o simplemente lo olvidamos.

Si  estamos limpiando, los juicios desaparecen, las ideas preconcebidas, los miedos, las preocupaciones, todas ellas se evaporan y la energía fluye libremente y  de manera natural desvaneciendo nuestras dudas, inseguridades y expectativas, permitiéndonos vivir en el presente que es el único momento donde ocurren los  milagros.

Querido amigo lector, cuando limpiamos  antes y después todos nos beneficiamos.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Acerca del apego.

Queridos amigos, feliz Domingo, y feliz semana. Esta vez quiero compartir con ustedes una sabia historia que desconozco su origen pero es muy ilustrativa acerca de nuestros juicios, y apegos, cuando nos suceden lo que llamamos “cosas malas” en nuestra vida.

Hay una historia acerca de un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: “Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo”. El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?” Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: “¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!”. Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: “Es tan maravilloso, ahora tienes muchas posesiones”. El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas palabras:
“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles.
Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas.
Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: “Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo”.
El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo: “¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.

Entonces, cuando parezca que tu mundo se está derrumbando a tu alrededor y no puedes encontrarle ningún sentido a lo que te está pasando, siempre recuerda que no conoces la película completa y recuerda también las palabras del viejo sabio:
“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

No sabemos nada, y en la medida que admitamos nuestra ignorancia sin resistencia, sin juicios, sin culpas y aceptamos que aquello que nos ocurre es siempre una bendición, podremos vivir sin sufrimiento, incluso si nunca llegamos a comprender el por qué. No es necesario saber, pero si es importante soltar y confiar. El dolor es parte de nuestra naturaleza pero el sufrimiento es opcional. No existe nada tan terrible, cuando aprendemos a desapegarnos a los resultados. Lo terrible no es lo que nos sucede sino como lo interpretamos.

El trabajo es interno, el trabajo es desapegarnos, soltar y confiar. Esta es la tarea más importante en nuestra existencia. Cuando logramos el desapego, es cuando realmente estamos amando, estamos amándonos. No necesitamos, estamos completos y experimentamos.

Te amo.

Jocelyne Ramniceanu

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