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¿Cómo alinearme con mi ser?

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Llegamos al mundo equipados con dones únicos que desde muy temprana edad nos sentimos impulsados a experimentar. Son habilidades que son solo nuestras, inherentes a nuestro verdadero ser y  estas características se hacen notorias desde nuestra infancia.

Hay quienes han tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades innatas a lo largo de su historia personal, sin embargo hay otros que por alguna circunstancia no pudieron hacerlo o abandonaron sus talentos únicos, dejándolos de lado, dedicándose a actividades,  o distracciones, estudios, profesiones, que no tienen nada que ver con sus dones y por lo tanto estas personas no se sienten en sintonía con su ser real.

Al vivir en modo automático y respondiendo continuamente, procurando sobrevivir, se pierde el contacto con los sentimientos más profundos de nuestro ser, con el riesgo de ignorar aquellas cualidades, y talentos que nos  hacen un ser único, convirtiéndonos en un ser apagado y carente de pasión.

Hay quienes han tenido un sueño, una ilusión, un deseo a temprana edad pero por creencias contradictorias, opuestas como por ejemplo —– Esto no me dará suficiente para vivir—- han sido abandonadas dedicándose a ocupaciones que no les satisfacen; perdiendo el rumbo, sintiéndose frustrados e infelices. Esto les impide vivir la vida con entusiasmo.

¿Qué significa vivir con entusiasmo?

Cuando vivimos entusiasmados, sentimos la energía, es como entrar en una corriente muy agradable y ser llevado por ella. Nos sentimos sintonizados con nuestro ser. Estamos conectados, desde el interior y todo fluye porque vivimos nuestro propósito, nuestra pasión.

¿Qué sucede cuando lo que hacemos lo realizamos con pasión?

Ya no necesitamos excusas para no realizarlo, el tiempo deja de existir para nosotros y atraemos más situaciones a nuestra vida que nos llenan de alegría y optimismo. Nos sentimos en sintonía con nosotros y con la divinidad. Nos sentimos inspirados todo el tiempo. Nos sentimos felices y libres.

¿Cuáles son tus habilidades y talentos únicos?

El talento es algo natural en ti, todo lo que llame tu atención y lo hagas con facilidad y agrado, sin pretextos. Verás cómo es algo que crece en ti convirtiéndose en pasión.

¿Cómo descubrir tu pasión cuando has perdido el rumbo?

Todos tenemos talentos únicos, que podemos desarrollarlos en distintas actividades. Tu brújula es conectarte a tu alegría; al estar alegre comienzas a alinearte a tu ser, entras en la corriente ascendente.

Siente aquello que más te alegra hacer y déjate llevar por esa energía. Hazlo y confía que el universo siempre estará apoyándote.

Si aún no sabes, presta atención, el universo te envía pistas constantemente. Despierta tu curiosidad y no permitas que el miedo y la inseguridad te detengan. Si ese es el caso, puedes limpiar cada pensamiento de temor mentalmente con decirle Gracias, Te amo, una y otra vez hasta que el sentimiento que te paraliza desaparezca, y sentirás cada vez más fuerte la llamada de tu ser. Ábrete a nuevas experiencias y siente.

¿Porque es esto tan importante?

El entusiasmo es la traducción física de la resonancia vibratoria que es única a tu ser real, es tu frecuencia verdadera.  Es la unión entre tu alineación y el Infinito. Te abre a las sincronicidades en tu vida. Actuando desde tu alegría, es como si le hicieras una declaración al Universo: — Este es quién realmente soy… ¿me apoyas cuando siempre he sido apoyado en cualquier grado con respecto a las creencias que he tenido?–. Y el universo enseguida te conduce a la siguiente circunstancia que te produzca una mayor emoción.

¿Qué sugiero que hagas?

Sobre todo confía en ti y en el flujo de la vida.

No dudes de ti y ni de los mensajes que te llegan, sabrás diferenciarlos. Te sentirás alegre y apoyado.

Evita los juicios negativos, límpialos pronunciando las palabras GRACIAS y TE AMO  mentalmente una y otra vez y ábrete sin expectativas guiado por tu entusiasmo. Las oportunidades de otras conexiones sintonizadas a la alegría, seguirán presentándose una tras otra.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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¿Qué debo hacer, resistirme o aceptar?

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La vida nos trae muchos retos y nuestro mayor anhelo es encontrar la manera de vivirla sin tener que sufrir. Pareciera ser la tarea más difícil y la que menos logramos porque no sabemos cómo enfrentar los sucesos diarios que continuamente van apareciendo.

La clave para evitar el sufrimiento es aceptar en vez de resistirnos a cuanto nos sucede. Aceptar lo que sucede sin reaccionar, sin resistirnos a lo que se presenta, por muy desagradable que los sucesos parezcan,  esa es la vía. Estas son las dos únicas opciones que tenemos, no existe otra. Aceptar o reaccionar.

Generalmente nos resistimos, luchamos, manipulamos, tratamos de controlar y cambiar aquello que no nos gusta, o nos hace sufrir. Otras veces huimos, evitamos, ignoramos o  terminamos reaccionando violentamente porque no conocemos otra manera de enfrentar aquello que estamos sintiendo. Lo que sentimos es el verdadero problema, no lo que realmente está sucediendo. Es como percibimos las cosas que ocurren según nuestros conceptos de lo que está bien o mal. Un simple ejemplo podría ser que alguien bienintencionado se nos acerca para darnos un consejo que no hemos pedido y lo tomamos como un ataque a nuestra persona, como una interferencia, entonces reaccionamos porque el concepto que tenemos sobre nosotros se ve amenazado, cuestionado. Esto nos produce sentimientos de ira, impotencia y arremetemos contra esa persona, en vez de mirar qué creencias ocultas tenemos acerca de nosotros mismos que nos hacen sentir de esta manera. Son innumerables los  ejemplos que servirían para darnos cuenta como proyectamos nuestras creencias en el exterior, pero eso sería otro escrito. Aquí hacemos énfasis en lo que sentimos que es donde tenemos que colocar nuestra atención, en nuestras interpretaciones erróneas y no en los sucesos en sí que carecen de valor.

Estamos tan dormidos que no nos percatamos que las situaciones sea las que sean: aquello que nos resulta desagradable, aquello que nos causa ansiedad, aquello que aparentemente nos hacen o nos quita el sueño; no proceden del afuera, del mundo externo. Poseemos un filtro mental, un lente que distorsiona todo lo que entra, ajustándolo a nuestra visión del mundo. Somos nosotros quienes juzgamos, interpretamos y lo sentimos o como una amenaza o como una bendición.

Todo lo que nos ocurre carece de significado alguno, y nosotros somos quienes le otorgamos el significado según como lo interpretamos. Nada de lo que oigas es personal solo son tus memorias que le dan significado a las palabras. Nada de lo que veas tiene significado sino en ti y  para ti.

El mundo que vivimos es neutro, lo que le da color y sabor es nuestra percepción basada en nuestras creencias. Qué bueno sería ver el mundo neutro, como realmente es o tal vez con los ojos del amor y dejar de darle el significado que le estamos dando. Esto depende únicamente de la autoobservación constante, adiestrar nuestra mente y mantenernos alertas porque estamos programados.

Si pudiéramos entender que la causa de absolutamente todo está en nosotros y el efecto es lo que estamos sintiendo, el mundo dejaría de lastimarnos. La causa son las definiciones que le damos, que procede de aquello que creemos. Si podemos darnos cuenta que lo que nos produce sufrimiento es nuestra manera de pensar y que podemos ver las cosas, y el mundo de otra manera, sin juzgar, sin darle significado, aceptando lo que es, sin poner mente, sin tratar de analizar,… entonces sentiremos paz.

Todo es neutro, nada sucede realmente fuera de nuestra mente. Todo el universo es mental. La resistencia que pongamos a lo que estemos experimentando, nos traerá más de aquello que estemos evitando. Si aceptamos desligándonos con una actitud de completa tranquilidad y  dejamos pasar aquello que nos causa sufrimiento sin detenernos en él, fluiremos como el río que bordeando las piedras sigue su cauce sin desviarse.

Dependiendo de cómo decidamos ver un evento, ya sea como una amenaza o como una bendición, se convertirá en un problema más o en una oportunidad y marcará la diferencia de cómo nos vamos a sentir. De allí depende el efecto que en nuestra vida tenga; si sufrimos o nos sentimos en paz. Si aceptamos lo que es, sin colocar allí nuestra energía todo pasará sin dejar residuos.

¿Qué realidad prefieres experimentar? ¿Aceptar, amar, dar las gracias y bendecir lo que ves, lo que sientes y todo lo que ocurre en tu realidad o quejarte, lamentarte y victimizarte? Siempre habrá situaciones que parezcan desafiantes, injustas, desalmadas y trágicas. Siempre habrá razones perfectamente justificadas para enfocarse en lo que está mal. Sin embargo, la elección de colocar tu enfoque en estas situaciones te vinculará a las líneas de tiempo de menor vibración y por ende vivirás más situaciones similares.

No necesitas escapar del sufrimiento, no tienes por qué escapar del dolor, de las penas, de lo que te causa estrés, de la soledad o del disgusto. Si tan solo puedes permanecer en él, sintiendo en silencio, observándolo, haciéndolo tuyo, sin  tratar de solucionar y sin tratar de interpretar ni juzgar. Si lo pudieras ver como si en tus manos tuvieras un diamante con muchas aristas y lo aprecias por lo que es, sin tratar de transformarlo, pronto comenzarás a ver sus otras facetas que te darán un sentimiento de gran libertad. Si aceptas lo que es, sin prejuicios y sin preferencias, muy pronto comenzarás a ver bendiciones escondidas en todas las situaciones.

Las bendiciones implícitas en aquello que más dolor nos causan es que ellas tienen el mayor potencial de transformarnos.

Los cambios es lo único constante en el universo, puedes aceptarlos diciendo GRACIAS, amándolos o puedes resistirlos luchando, pero son inevitables. Al no engancharnos en lo que nos daña, dejándolo pasar, este seguirá su camino sin tocarnos. Si reaccionas, si te resistes a él,  es tuyo y tendrás que lidiar con sus efectos.

Abraza cualquier situación desagradable, en vez de resistirte y luchar contra ella y después que la experimentes , encontrarás paz.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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Los estados del ser.

Recientemente comprendí algunos conceptos sobre las etapas por las cuales pasamos hasta nuestro despertar de consciencia y quiero compartirlo contigo.

Desde que nacemos y, por un periodo bastante largo permanecemos en un estado de dependencia total donde nuestras únicas necesidades son procurarnos lo necesario para subsistir; nuestra prioridad es la sobrevivencia y somos totalmente dependientes. Pedimos y pedimos… somos necesitados y buscamos satisfacer nuestros antojos básicos y todo aquello que nos llene la sensación de vacío momentáneo con berrinches o exigencias. Estas son las características de la etapa infantil.

Luego entramos en una  segunda etapa que es la adolescencia, esta está caracterizada  por la rebeldía, donde cuestionamos todo y probamos lo nuevo. En esta etapa podemos incluso ser bastante destructivos en nuestro afán de encontrar un camino personal, es allí cuando tratamos de separarnos de nuestros padres, diferenciándonos de ellos, oponiéndonos, y buscando afirmarnos como individuos separados. En este estado lo que hacemos es rechazar, criticar, desdeñar sin ofrecer alternativas. En esta etapa algunos prueban las drogas, otros conocen el sexo y la promiscuidad desenfrenada, se tatúan o incursionan en cualquier actividad vetada en el hogar, etc. Es la fase de la oposición, se desliga de lo conocido sin aportar alternativas. El mundo es visto desde la perspectiva de la aprobación de uno mismo diferenciándonos del resto, y solo nos interesa aquello donde nos sentimos aceptados buscando pertenecer.

El siguiente ciclo es el del adulto egoísta donde nuestro afán se centra en acumular, ser el mejor, el más hábil, competir con el otro, tener más, diferenciarnos en cuanto a nuestras posiciones y nuestros intereses giran únicamente en torno a nuestro bienestar sin importar ir en detrimento del otro. En este estado nuestro único propósito se centra en nosotros, somos el centro del universo, y defendemos aquello que sentimos nuestro con pasión y tenacidad, se nos dificulta compartir y lo mostramos en nuestra carrera profesional, en nuestras relaciones, nuestro trabajo y nuestros bienes materiales. El adulto egoísta da de sí mismo lo esencial solo con el propósito de obtener el máximo rendimiento, su anhelo es dar lo menos posible para obtener el máximo.

Luego pasamos a una nueva etapa cuando comenzamos a mirar el mundo que nos rodea,  empezamos a sensibilizarnos por otros  y a ser altruistas,  colaboramos con el prójimo, nuestras metas dejan de ser personales para volverse inclusivas, buscamos el bien común, comprendemos que somos parte de un todo y el bienestar de cualquiera de las partes  se traduce en un bienestar común.

Nuestra felicidad y sentimientos de realización tienen que ver con nuestra comunidad, nuestro país y aquello que hacemos por el bien común nos trae satisfacción.

Por último pasamos a un estado de consciencia aun más elevada que es la consciencia planetaria o universal donde la conservación de nuestro planeta, de la especie, cobran dimensiones de importancia, es allí cuando nos sentimos integrados con todo y con todos, con el universo entero y con Dios dentro de nosotros, nos sentimos alineados y nos fundimos en una experiencia global.

¿En qué estado te encuentras tú?

 Estos estados de consciencia nada tienen que ver con nuestra edad, incluso en el día a día o en nuestra experiencia habitual conservamos partes de estas etapas en nuestra cotidianeidad  y en distintos aspectos de nuestra conducta.

Pero ninguno de estos estados tienen que ver con el mundo que vemos, no tienen absolutamente nada que ver con nuestra edad cronológica, tienen más bien que ver con nuestra percepción del mundo, tienen que ver directamente contigo. Tienen únicamente que ver con el estado de tu consciencia.

Según  el estado de consciencia en que te encuentres, así será el mundo que estés percibiendo y por lo tanto ese será el prisma a través del cual tus relaciones, tu trabajo, el amor y el dinero se manifestarán en tu vida.

Cuando amplias tu estado de consciencia, dejas de estar necesitado, estas sintonizado con crear en vez de recibir y por lo tanto todo te llega, el amor, la prosperidad, tu propósito  y sobre todo la paz se materializa en tu experiencia cotidiana, entonces te fundes en tu verdadero ser y lo posees todo.

Te amo

Jocelyne Ramniceanu

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